Busca un sitio tranquilo, relájate y cierra los ojos.
Deja que en tu mente se forme una imagen representativa del concepto de bondad.
Toma conciencia de la energía que invade esta imagen de amor.
¿De qué clase de energía se trata?
¿Cómo fluye?
¿Tiene algún color especial?
Visualiza que la energía de la bondad fluye hacia ti, y te rodea con su calor y luz. Ahora se filtra a través de tu ser hasta llegar a aquellas partes que estaban tan heridas.
Siente que la energía del amor acaricia esas zonas débiles hasta que comienzan a mejorar.
Emplea todo el tiempo que necesites para llevar a cabo este proceso de sanación.
Si puedes, visualiza a la persona que te ha hecho daño. Tal vez podrás también imaginar sus aspectos más vulnerables. Renueva el compromiso de brindarte a ti mismo lo que esa persona tan cruelmente te ha negado.
Reconoce lo que has aprendido de ese desagradable episodio.
Crea una imagen vívida del individuo e imagina que la energía del amor fluye desde ti hasta él o ella. Visualiza a la persona rodeada de esta fuerza curativa.
La noche quedó atrás, un nuevo día se asoma en tu horizonte de ventura. En lo que fuera llanto, hay alegría en lo que fue rencor, hoy hay ternura.
Ya eres otro. Bajo el conjuro de la palabra "Amor" te has superado. Todo es más noble en ti. Todo es más puro, porque todo de amor se te ha llenado.
¡Amar y solo amar! Esa es la clave que mueve al universo, a la vida. Lo duro de la senda es más suave si tú puedes decir: "Ama y olvida".
Amar a Dios, a ti, al mundo entero. A los que tú conoces, al extraño, al rico, al poderoso, al pordiosero, al que te da la paz o te hace daño.
¡Tú ya eres otro!, porque has podido arrancar la cadena que te ataba a tu eterno "Imposible", y has sabido trasponer el dolor que te agobiaba.
Llena tu mente de las cosas buenas, de las cosas positivas que construyen y deja en el ayer todas tus penas, las negaciones que todo lo destruyen.
Tu hogar será de dicha, y en los tuyos hallarás el "Por qué" de tu camino. Y todo para ti será de orgullo, y tus hijos tendrán otro destino.
Y tú que eres soltera, buscarás, no al hombre que halague tus sentidos, sino al alma que te comprenda más, porque el alma hace al hombre y no el vestido.
La noche quedó atrás. Un nuevo día se anuncia en el dintel de tu ventana. Ya no dejes que escape tu alegría ni que vuelva el ocaso a tu mañana.
Ya no vivas de ayeres, de lamentos. Ya no suenes tu nota discordante. Piensa siempre en todos tus momentos, ¡que la vida comienza a cada instante!