Abuelito cuando tu recuerdo aparece, vuelvo a mi niñez donde conmigo te hallabas, mi cariño no se acaba ese crece y crece transportando los instantes que tú me dabas.
Sé que al perder muy joven a tu amada esposa, fuiste doblemente padre para tus hijos, obtuviste como es la espina de la rosa, dolores pero suficientes regocijos.
Fui consentida nieta por el parecido, a mi abuelita que jamás yo conocí, sólo por foto comprobé lo apercibido y con la familia entera cuando crecí.
En tu billetera me llevabas guardada, para recordar a tu esposa tan querida, en tu trabajo de noche hasta madrugada te esperaba con tu bebida preferida.
Me tenías colgada en un viejo retrato al lado de mi abuela como dos amores, bajo su foto la del cariñoso gato que tuviste pero se murió entre las flores.
Era tu consentida, fui privilegiada, pues mi madre y sus hermanos me lo decían, porque ella quiso regalarme su mirada, para verla a ella cuando a mi me veían.
. o .
Dedicado a mi querido abuelito ROSALÍO GONZÁLEZ B. con todo el amor que se le tiene a los seres que se nos han adelantado.