Cómo soportar abrir los ojos,
las mañanas, las tardes con sus noches,
el tránsito diario de los horarios,
el amor que deja de inventarse
y se acostumbra,
cómo soportar las mareas,
el paso taciturno de las nubes,
la lluvia desesperada que de pronto aparece,
y los ratos de sol bajo una sombra,
cómo soportar a los amigos de siempre
a los nuevos amigos,
la obsesión por una mirada, por un gesto
que has visto y te enamora,
a ese amor que se afana por quererte,
cómo soportar las liturgias,
los prejuicios redomados que anestesian,
las cenas a la misma hora
y el sueño de los impostores,
cómo soportar el atardecer y sus recuerdos,
las calles alumbradas y vacías,
las ruinas de inermes pensamientos,
los llantos de los niños con hambre,
el adiós a los besos feroces,
cómo soportar tanta quiebra,
tanto deterioro a nuestro alrededor,
los esfuerzos cotidianos por seguir adelante,
la nostalgia que se queda tras la pérdida,
y los sueños hechos trizas sobre el suelo