Pensé que eras mi tabla de salvación.
Sabía que alguien me ayudaría a salir a flote, y pensé que eras tu. No tenía fuerzas para flotar yo solo. Ya mucho tiempo flotando solo había minado mis fuerzas y mi espíritu.
Traté de aferrarme a ti, y pensé que iba a salir a flote. Pero tu intención no era mantenerme a flote por mucho tiempo. Quizás por un rato, ponerme a salvo, y ya.
Quizás yo pensé que me ibas a acompañar. Pero no fue así. Me ayudaste, y seguistes tu camino. No fue tu intención acompañarme.
Ya flotando de nuevo.
Espero que algún día nuestros caminos se puedan cruzar de nuevo…
Luis Castellanos