BALADA
DEL LOCO AMOR
JOSE
ANGEL BUESA
No nada
llega larde, porque todas las cosas tienen su tiempo justo, como el trigo
y las rosas; sólo que, a diferencia de la espiga y la flor, cualquier
tiempo es el tiempo de que llegue el amor.
No, Amor
no llega tarde. Tu corazón y el mío saben secretamente que no hay amor
tardío. Amor, a cualquier hora, cuando toca a una puerta, la toca desde
adentro, porque ya estaba abierta. Y hay un amor valiente y hay un amor
cobarde, pero, de cualquier modo, ninguno llega tarde.
Amor, el
niño loco de la loca sonrisa, viene con pasos lentos igual que viene a
prisa; pero nadie está a salvo, nadie, si el niño loco lanza al azar su
flecha, por divertirse un poco.
Así
ocurre que un niño travieso se divierte, y un hombre, un hombre triste, queda
herido de muerte. Y más, cuando la flecha se le encona en la
herida, porque lleva el veneno de una ilusión prohibida. Y el hombre arde
en su llama de pasión, y arde, y arde Y ni siquiera entonces el amor llega
tarde.
No, yo
no diré nunca qué noche de verano me estremeció la fiebre de tu mano en mi
mano. No diré que esa noche que sólo a ti te digo se me encendió en la
sangre lo que soñé contigo.
No, no
diré esas cosas, y, todavía menos, la delicia culpable de contemplar tus
senos. Y no diré tampoco lo que vi en tu mirada, que era como la llave de
una puerta cerrada. Nada más. No era el tiempo de la espiga y la flor, y
ni siquiera entonces llegó tarde el amor
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