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Amores.
Cuando éramos amores fuimos
yo tu esqueleto y tú mis paciencias,
fuimos nosotros en el estado más
simple de nosotros, queríamos
ser espanto de los desconfiados, de cualquiera
que creyera en los
amantes específicos. Cuando éramos amores
construimos nombres, cabello, saliva,
santo y seña de nuestros hijos,
de dos o tres rincones del mundo,
fuimos repartiéndonos en casa, nos besamos
bajo los puentes, tras las cortinas y en el silencio,
en el amor indestructible, cuando éramos amores fuimos
yo tu esqueleto,
y tú volada en la espera, adormilada
en todos mis espacios, tú amor siempre tú
mis paciencias y yo tu sangre tibia, dormida.
D/A
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