PUESTO QUE ESTE MUNDO EXISTE
Puesto que este mundo existe, más nos vale tolerarlo. Que a los seres, sin enojo, considerarlos sepamos. Este hombre es el burgués del siglo en el cual vivimos. Vendedor en otros tiempos de sebos y de jabones, Es ahora rico y tiene prados, viñedos y bosques. Al pueblo llano aborrece, tampoco ama a los nobles; Pues es hijo de un portero, en estos tiempos afirma Que es inútil descender de familia de alta alcurnia. Es severo. Es virtuoso. Y forma parte también, -En diciembre pisan siempre buenas alfombras sus pies-, Del gran partido del orden y de la gente de bien. Odia a los enamorados y a quien es inteligente; Es un poco pedigüeño, usurero algunas veces; Al progreso llama santo y pura a la libertad, Del derecho de naciones va proclamando: "¡Ni hablar!", Del sentido común tosco de Sancho Panza hace alarde Y dejaría morir en la miseria a Cervantes; Por Boileau admiración siente, a las criadas pellizca, Y después de revolcarse en la paja con Juanita, Clama que son inmorales novelas y folletines. A la misa a la que acude cada domingo del año, Lleva a Jesús bajo el brazo en un breviario dorado, El pesebre, el calvario y también el Dies Illa. -No es que crea, entre nosotros, todas esas tonterías, Nos dice- Y si él asiste es por causa de su nombre, Para que el pueblo vil crea viendo creer a este hombre, Porque hay que entontecer a esta gente que está hambrienta, Porque algún que otro buen Dios hace falta a fin de cuentas. "¡Haced sitio!", el sacristán da un golpe y él aparece, En un banco reservado su tripa sublime extiende, Orgulloso de sentir que con esta devoción, Al pueblo tiene sujeto y de Dios es protector.
VICTOR HUGO
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