- PARA HEREDAR LA VIDA ETERNA CADA PERSONA DEBE RECIBIR PERSONALMENTE A JESUCRISTO COMO SALVADOR Y SEÑOR.
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” (Juan 1:12)
“Si con tu boca confesares que Jesucristo que El es el Señor, y en tu corazón crees que Dios le resucitó de la muerte, serás salvo.” (Romanos 10: 9).
“Pues Dios les ha salvado de la vida inútil que heredaron de sus antepasados, ustedes saben muy bien que el costo de esta salvación no se pagó con cosas que se acaban, como el oro o la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el cual fue ofrecido en sacrificio como un cordero sin defecto ni mancha.” (I Pedro 1:18-19)
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20).
Jesús no entra a la vida de nadie por la fuerza. Él espera hasta que Tú abras la puerta de tu corazón por un acto de tu libre albedrío, lo invites a entrar y ser tu salvador personal. ¿Porqué no hacerlo ahora? Haz una oración con tus propias palabras o repite esta oración que sugerimos:
Querido Señor, perdóname por cada pecado en mi vida. Ahora creo que tú moriste por mí, y te agradezco que perdones mis pecados. Te invito a entrar en mi vida ahora mismo y ser mi salvador personal y mi Señor. Toma mi vida, ayúdame a seguirte y a obedecerte. Hazme la persona que tú quieres que yo sea. Gracias, Señor Jesús.
Si con toda sinceridad pediste a Jesús que se hiciera cargo de tu vida, Él ya lo ha hecho. La Palabra de Dios nos asegura que él siempre salva a los que se lo piden.
“Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida, el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis, en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. (I Juan 5: 11-13).
RECIBE EL PODER PARA VIVIR
• TANTO LAS PROFECÍAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO COMO LAS DEL NUEVO TESTAMENTO MENCIONAN EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO.