Lucas 5:17 Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.
Sin leer esta Palabra, ni sueñe ser dirigido por el Espíritu. El poder estaba para sanar. Estaba Jesús haciendo lo correcto. Tú puedes estar enseñando y tener sobre ti el poder para sanar, pero no estás sanando. Debes aprender a escuchar la voz del Espíritu. Tú pudieras ministrar el poder de Dios fuera del tiempo en que Él quiera que lo ministres. Hay que aprender a escuchar.
24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
¿Qué es lo que hace que el poder de Dios sea ministrado? ¿Una enseñanza, una prédica o un mandato? ¿El poder que estaba sobre Él se manifestó cuando predicó o cuando mandó? Los milagros, las sanidades, son una orden. Usted no va a caminar guiado por el Espíritu Santo; para estar bajo el poder del Espíritu Santo a no ser que aprenda de autoridad. Aquí puedo pasar enseñando no sabe cuanto. Mucha gente quiere ser guiada por el Espíritu, pero muchos de ellos no respetan autoridad, ni ministran bajo autoridad. ¿Se recuerdan cuando Jesús ayudo a un hombre con más fe, y encontró a un romano? El reconocía autoridad, le dijo: “Tú di "la Palabra" y mi siervo sanará”. Entonces, hay dos palabras que tienes que aprender a administrar: la Palabra que es la prédica y la enseñanza que difunde o manifiesta el poder de Dios. El poder estaba ahí para sanar, pero no estaba sanando hasta que Jesús dio la Palabra. enseñanza y la prédica la vas a aprender leyendo lo que Jesús dijo, pero la Palabra de autoridad, debes formar el carácter en el cual está el poder de Dios. Ahí estaba siendo guiado, sabía que el poder estaba y llegado el momento, lo usó. El pudo hacerlo diferente, sanarlo y luego enseñar. No tiene idea cómo batallé yo con eso. Porque mucha gente espiritualiza todo.
Fue a través de eso, que el Señor me enseñó el orden para ministrar. En tu célula tiene que haber un orden. Si mientras hablas el Espíritu se derrama, mejor si te callas tú, porque ahí manda el Espíritu. Pero mientras no lo haga, tienes que saber cómo llevar el orden de la ministración.
Cuando el hijo de uno de ustedes estaba enfermo, yo oí la voz del Espíritu que me dijo “dale a mamar tu dedo pequeño”. Y lo hice, y el poder de Dios derramándose, yo va de predicar. Morir a uno mismo no es encerrarse en un cuarto a llorar. Cuando el Espíritu te guía, muchas veces te va a guiar y no va a pasar lo que pensabas que iba a pasar, hasta asegurarse que tiene tu obediencia pasen o no las cosas, y cuando estés verdaderamente muerto, las cosas van a empezar a pasar. Saben que les enseño a ministrar, a llevar bien su vida, pero el reino de los cielos es sobrenatural. Cuando el Señor me dijo que comprara el terreno, sin dinero. Sólo apareció una silueta y se desapareció. Me dejó hablando solo, y compramos y empezamos a construir sin dinero. ¿Quién dijo que es dinero lo que necesitamos? Es fe, para que sea por el poder de Dios, por la confianza en sus promesas.
Romanos 8:6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Guiado por el Espíritu. Yo voy a caminar conforme al Espíritu. ¿Qué es caminar conforme al Espíritu? He leído en no se cuantas versiones este versículo y la que más me impresiona es , estos son los guiados por el espíritu de Dios. Voy a caminar después del espíritu. Siempre vas a vivir entre la carne y el espíritu, siempre estás entre dos. Y dice que los guiados del Espíritu Santo son los que caminan después del espíritu, no de la carne. La carne te dice: “No pidas perdón”, y la carne misma se siente, y empiezas a sentir una humillación fea antes de ir a pedir perdón. Y la voz del Espíritu te dice: “Ve y hazlo,” ahora estás entre lo que oyes. Si no empiezas con eso, mucho menos vas a pasar al grado superior de ser guiado por el Espíritu Santo. O empiezas a caminar detrás del Espíritu en todo lo que hagas o Él no te va a poder guiar. Los que siguen la carne no son hijos de Dios.
Dice
Esta es la clave para la santidad, no es una condición que vives, sino decisiones que tomas, es de todos los días, a todas horas. No es que digas “soy santo”. Le dicen “Dé $10,000 y tiene el negocio”, y el Espíritu le dice “si lo dejas de hacer, te prometo mejores negocios”. Y usted decide no hacerlo. Todos pasamos por eso, todos. Pero no todos decidimos lo mismo. Toma la decisión correcta por el Espíritu, practícalo y después de meses y años de hacerlo, vas a notar la diferencia entre tu vida y aquellos que estuvieron en la misma posición tuya que decidieron por la carne. Y se va a cumplir que el ocuparse de la carne es muerte, y del espíritu es vida y paz.
Dice aquí que por el Espíritu hagamos morir las obras de la carne. Hay una versión que no dice “hagas morir las obras de la carne”, sino que por el espíritu, hagas afligir las obras de la carne. ¿Como así? Resulta que usted era muy chismoso, y anda diciendo cosas de los demás. Estas en una posición en que naces de nuevo y tienes esa obra de la carne que tú sabes que lo haces y llega el día que estas con los amigos, oraste en la mañana y a la primera empiezas a hablar y se te sale. A los cinco minutos se siente un redargüir que dice Te equivocaste. Cuando uno quiere ser santo, esa cosa se siente bien feo. Y cuando vas al dormitorio en la noche le dices Perdóname, no lo quería hacer. Dos semanas después, te juntas con los amigos y están hablando y tratas de aguantarte, pero de repente dices si. Pero vas y pides perdón, y la carne empieza a menguar. Tres semanas después, ya te molesta esas conversaciones, y te alejas de esos amigos. La obra de la carne chisme se murió, pero esta la obra de estar condenando a todos. En la próxima conversación, estaban hablando mal, te levantas y los invitas a tu casa. Entonces, te sientes tan bien, y el Espíritu empieza a encontrar a alguien a quien un día le puede hablar y darle una instrucción.
Te conviertes al Señor y eras de aquellos que solo viendo mujeres se mantenía. Ahora dices No. Vas con tu esposa, y medio miras de reojo, hasta que pasas y dices Tengo la mía, Señor, la que me diste. Vea la suya, pero no la que no es. Eso es hacer morir las obras de la carne. Cuantos de ustedes basados en estos dos ejemplos, dicen yo tenia obras de la carne como usted las describe y hoy ya están dominadas, gracias al Espíritu.
Pastor Cash Luna
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