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Yo puedo hablar con Dios acerca del agua del arroyo
que atraviesa la pradera.
Todo el día murmura un dulce canto.
Algunas veces el canto es alegre y rápido,
otras, es lento y solemne.
Yo puedo decirle a Dios lo que siento
por causa del arroyo, y Él me comprende.
"Bendice, alma mía, a Dios,
Tú eres el que envía las fuentes por los arroyos;
van entre los montes;
dan de beber a todas las bestias del campo;
mitigan su sed los asnos monteses.
A sus orillas habitan las aves de los cielos;
Cantan entre las ramas".
Salmo 104:1, 10-12
Te doy gracias, Dios por el agua que corre por el arroyo.
Te doy gracias por el agua que siento resbalarse entre mis manos,
y por la humedad del agua cuando tengo seca la garganta.
Te doy gracias porque Tu provees el agua necesaria para los
pájaros y las bestias, para los campos y para todas las personas,
y también para mí. En el nombre de Jesús, Amén.
Robbie Trent
Karmen
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