Olvídese del sufrimiento
“Y olvidarás tu miseria, o te acordarás de ella como de aguas
que pasaron.” Job 11.16
Olvídese de los problemas que le causaron sufrimiento.
Algunos, quizás no la pasamos bien en nuestra infancia, tal vez
éramos pobres. Pero ¡Olvídese de eso! A través de usted
hay mucha gente que va a ser bendecida. Lo importante es que
no se escape de la Palabra; algunos no sólo huyen del problema sino
también de la Palabra. Si se escapa de los principios de la Palabra,
volverá a encontrarse con los cambios que no hizo y al llegar
a la vejez dirá: “¡Si le hubiera hecho caso al Apóstol!...”
Ahora en ese lugar de sufrimiento fue donde aprendió lecciones de fe,
lecciones de sabiduría y no para que diga: “Me parece que no saldré
nunca de esto” o “Mejor cambio de iglesia”. Lo que usted no cambie
por dentro, puede ir adonde quiera que eso no se modificará.
Los cambios son para que usted haga decisiones internas.
Algunos dicen: “Siempre fuimos pobres y orgullosos de ser pobres…
” Ese lugar donde estuvo fue para aprender lecciones de fe. Alguna vez
las cosas no fueron bien, pero en ese lugar aprendió lecciones de fe
para avanzar hacia su destino con Dios, por que puso la palabra
como una prioridad.
En nuestra iglesia hay cantidad de personas que se iban a suicidar
porque no sabían cómo alcanzar su destino. Pero si aplica la Palabra,
verá la bendición de Dios. Olvídese y deje de hablar de su miseria
pasada, porque como dice la Biblia se acordará de sus miserias “…
como de aguas que pasaron.” A Job le llegó la Palabra cuando estaba
agobiado y oprimido. La Palabra lo sacó adelante y sólo se acordaría
de ella como aguas que pasaron. Hay que olvidarse de las miserias pero
acordarse de que Dios fue el que nos sacó de la cautividad.
No sólo nos sacó sino que nos llevó por el camino de los sueños divinos.
Diga: “¡Señor, yo declaro hoy que tu Palabra me revela algo poderoso,
voy a cambiar mi manera de pensar, voy a cambiar mis prioridades,
tu Palabra es mi primera prioridad y mi máxima autoridad!”
Debe saber que la revelación en su vida es progresiva.
¡Dios está dispuesto a llevarlo fuera de la cautividad, por el camino
de los sueños! ¡Y estará reflejando el reino y la gloria de Dios! El Dios
que vive dentro de usted es más que una ayuda, su presencia
revela gracia y amor.
“Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza;
entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.
Salmos 126.2
Las naciones, la gente hablará de usted: “Yo lo conocía,
yo sabía cómo él era.” La gente va a hablar de usted, la gente
verá a los que tienen problemas como los que usted tuvo y le dirán:
“Te recomiendo que hables con él que no sé cómo hizo pero
está totalmente diferente.”
“Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, como los arroyos
del Neguev.” Salmos 126.4
¡Somos libres de la cautividad! “Los que sembraron con lágrimas
con regocijo segarán.” Hay cosas que usted tiene que hacer que le
harán soltar lágrimas, pero lo conectarán con el regocijo.
Declare: “¡Voy a traer las gavillas, mis manos estarán llenas
de la plenitud de Dios!”
Dios quiere mostrar su gloria y su esplendor, y lo hará a través de usted.
Acá está la clave para salir de la cautividad. Declare:
“¡Voy a cosechar con mucho regocijo y mis manos estarán llenas
de gavillas!” ¿Cuál es la clave? Que estoy sembrando.
Mire algo interesante, tiene que sembrar la semilla en acuerdo con
la Palabra, aún en medio de la cautividad. No se trata de decirle
al Señor: “¿Viste la situación que estoy pasando?
¡No me está alcanzado para el diezmo!” ¿Para qué le va
a explicar todo eso si Dios es un Dios de corazón?
En el proceso que tiene con usted quiere sacarlo de la cautividad.
Aún en la cautividad tiene que diezmar. Hay algo en común
entre las lágrimas y el regocijo: ¡su semilla de fe! Hay algo
que puede hacer para cambiar las lágrimas: ¡usar su semilla de fe!
Declare: ¡Al plantar semillas cosecharemos con regocijo!
¡Al dar su semilla, Dios lo sacará de la cautividad con regocijo!
A/D
Dios te bendecirá abundantemente
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