Nuestra Morada
Lectura: Génesis 12:1-8
Por la fe Abraham,... obedeció,... y salió sin saber a dónde iba. Hebreos 11.8
Cuando Abraham tenía 75 años, Dios lo llamó para que dejará el país de su padre. Y así, avanzado en años, partió hacia la tierra de Canaán. Estaba desarraigado, sin hogar, "sin saber a dónde iba" (He 11.8), Esa fue la historia de la vida de Abraham.
La edad trae cambio e incertidumbre. Significa la transición de un pasado familiar a un futuro incierto. Puede significar la transición de un pasado familiar a un futuro incierto. Puede significar el traslado del hogar familiar a un lugar más pequeño, a la casa de alguna hija, algún pueblito de retiro, a algún hogar de reposo -el "centro vacacional final". Al igual que Abraham, algunos de nosotros nos abrimos paso de un lugar a otro, siempre viajando y sn saber a dónde vamos.
Pero podemos estar en casa en cualquier morada, por cuanto nuestra seguridad no radica en el lugar donde vivimos sino en Dios mismo. Podemos habitar "al abrigo del Altísimo" y morar "a la sombra del Omnipotente" (Sal 91:1). Allí, en Su presencia, y bajo Sus alas, hallamos refugio (v.4). El Dios eterno se convierte en nuestra habitación (v.9).
Aunque puede que nuestra morada aquí en la tierra sea incierta, Dios será nuestro compañero y amigo hasta que terminen nuestros días de viaje y lleguemos al verdadero hogar de nuestro corazón --el cielo. Hasta ese día, iluminemos a otros viajeros con la luz de la amorosa bondad de Dios.
David H. Roper
Mientras llegamos a nuestro verdadero hogar anunciemos las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2.9)
Para el cristiano, el cielo se deletrea H-O-G-A-R
En su amor y mi amor,
http://www.gabitogrupos.com/MinisterioMujeresenVictoria/bienvenida_sean_a_la_casa_de_dios.php
|