Dales Algo de Comer
Nuestro mundo esta lleno de gente en profunda necesidad Espiritual. La mayoría nunca han puesto confianza en Jesús para el perdón de sus pecados y están literalmente muriendo de hambre ante nuestros ojos. Pero aún muchos Hermanos y Hermanas que aman al Señor están desesperadamente muriendo por conocerle más, o han sido heridos y están en necesidad de alimento Espiritual de largo plazo.
La palabra de Dios nos dice que tengamos los ojos abiertos y un corazón blando de manera que reconozcamos las necesidades y las traigamos ante nuestro Padre en oración; "sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias" Filipenses 4:6). Pero luego se nos dijo que escucháramos cuidadosamente y esperáramos ser puestos a trabajar.
Una tarde una multitud de más de 5000 personas se reunieron para escuchar a Jesús enseñar; "y él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados" (Lucas 9:11). Los discípulos vieron que pronto sería hora de comer. Ellos reconocieron la necesidad, vinieron ante Jesús y "presentaron su petición."
Lucas 9:12-13 "Pero el día comenzaba a declinar; y acercándose los doce, le dijeron: Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y campos de alrededor, y se alojen y encuentren alimentos; porque aquí estamos en lugar desierto. Él les dijo: Dadles vosotros de comer."
Cuando los discípulos abordaron a Jesús, le presentaron la necesidad...pero también presentaron su solución. Ellos sabían que la gente estaba hambrienta, pero su solución era enviarlos a algún otro lado por comida. A menudo nosotros cometemos este mismo error cuando limitamos a Dios por nuestra propia visión y entendimiento. La solución de Jesús a esta necesidad fue bendecir las pocas provisiones que sus discípulos pudieron reunir y luego completar Su trabajo a través de sus manos; "Y comieron todos, y se saciaron" (Lucas 9:17).
Dios nunca nos pide hacer algo sin proveer las herramientas necesarias para que se cumpla todo lo que El desea. Hemos sido apoderados por Su Espíritu y equipados a través de Su Palabra. Si, debemos continuar orando; pero nuestras oraciones deben estar con la gran expectativa que Dios nos dirigirá para llevar Su vida proveedora de alimentos y ser un vaso para Su sanidad.
No puede haber un mejor trabajo en esta tierra que tomar parte en la restauración de la relación de alguien con nuestro Padre Celestial. Solo Dios puede verdaderamente sanar, pero El nos ha invitado a unirnos con El en este maravilloso trabajo. Continuemos elevando las muchas necesidades en oración a Dios, pero luego preparémonos para Su respuesta - Su invitación - que con calma dice, "Tu dales algo de comer."
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Amado Padre celestial, hoy en el nombre de Tu Hijo Jesucristo me presento ante Ti; para rogarte por todos aquellos que aún no han tenido un encuentro personal con tu Hijo Jesucristo, te ruego que arranques esos corazones de piedra y pongas entre sus carnes un corazón de carne un corazón nuevo y un espíritu nuevo, un corazón que palpite al ritmo de tu corazón y que sientan un fuerte deseo de doblar sus rodillas ante Ti y confesar con sus bocas que Jesucristo es el Señor y el Salvador de sus vidas, y los hermanos que se han alejado porque su fe se ha desvanecido, te ruego que fortalezcas la fe de ellos, que comprendan que todo lo que les ha acontecido es por su propio bien, que Tu deseo es que alcancemos la estatura del Varon Perfecto, que adquiramos Su caracter, Su mente, Su manera de responder ante las circunstancias adversas, que paguemos bien por mal, que oremos por nuestros enemigos, que caminemos la milla extra, que demos la camisa si nos piden el abrigo, que estemos dispuestos a compartir con aquellos que nos ofendieron, que nos lastimaron, que podamos dar amor, abrazos, besos que no esperemos que nos den sino que aprendamos a ser dadores y no receptores para poder agradarte a Ti, atraelos con tus cuerdas de amor y no permitas que se vuelvan apartar de Ti, porque sin ti nada somos, ni nada podemos hacer. en el nombre de Cristo Jesús, Amén
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