Caminar con
Cristo
Leer |
Romanos
1.4-6
Julio 16,
2010
El camino de
la fe tiene
un designio
divino, y
debemos
obedecer
pase lo que
pase. Pero
incluso
cuando la
dirección de
Dios sea
desconcertante,
podemos
contar con
el hecho de
que él es
bueno.
Caminar
obedientemente
con Cristo
no garantiza
una vida
fácil; eso
es evidente
cuando
pensamos en
el apóstol
Pablo. Éste
enfrentó
todo tipo de
dificultades,
entre ellas
naufragios,
persecuciones
y azotes (2
Co
11.23-27).
Pero tenga
presente que
nada puede
tocar a un
creyente sin
el permiso
de Dios. Él
usa las
dificultades
para
fortalecer y
corregir a
los
creyentes, y
a la larga
para llevar
a cabo su
plan final.
Recordemos
también que
el Señor
protege a
sus fieles
en su
sufrimiento,
así como
preservó al
apóstol
Pablo en
situaciones
que parecían
sin salida.
La
adversidad
puede
tentarnos a
desatender
la dirección
del espíritu
Santo. Pero
al final
lamentaremos
esa
decisión, ya
que Dios no
nos libra de
las
consecuencias
de nuestro
pecado. Sin
embargo, él
nunca
abandona a
sus hijos, a
quienes
seguirá
protegiendo
y guiando
durante toda
su vida.
Andar en
obediencia y
fe es el
único camino
que conduce
a la paz
verdadera.
Mientras
Pablo estaba
en una
incómoda
prisión
romana donde
su vida
corría
peligro,
alentó a los
creyentes a
no
angustiarse
sino a orar
con
gratitud.
Hacer esto
lleva a
experimentar
una paz que
está más
allá de lo
que podemos
comprender (fil
4.6).
La única
manera sabia
de vivir es
confiar en
Dios
todopoderoso
e ir adonde
él nos
dirija. Ese
es el camino
hacia la
felicidad,
el
contentamiento,
la
protección y
la paz.
¿Está usted
andando por
el camino de
la fe? ¿O
hay algo que
está
deteniendo
lo que Dios
quiere para
su vida?
Charles
Stanley