Pacientemente esperó Guatemala a Jehová, y se inclinó a nosotros, y oyó nuestro clamor. Y nos hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso nuestros pies sobre peña, y enderezó nuestros pasos. Puso luego en nuestra boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová.
Bienaventurada Guatemala que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. Has aumentado, oh Jehová Dios nuestro, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no es posible contarlos ante ti.
Si los anunciáramos y habláremos de ellos, no pueden ser enumerados. Sacrificio y ofrenda no te agrada; has abierto nuestros oídos; holocausto y expiación no has demandado. Entonces dijimos: He aquí, venimos; en el rollo del libro está escrito de Guatemala; El hacer tu voluntad, Dios nuestro, nos ha agradado, y tu ley está en medio de nuestro corazón. Hemos anunciado justicia en grande congregación; he aquí, no refrenamos nuestros labios, Jehová, tú lo sabes.
No encubrimos tu justicia dentro de nuestro corazón; hemos publicado tu fidelidad y tu salvación; no ocultamos tu misericordia y tu verdad en grande asamblea. Jehová, no retengas de Guatemala tus misericordias; tu misericordia y tu verdad nos guarden siempre.
Porque nos han rodeado males sin número; nos han alcanzado nuestras maldades, y no podemos levantar la vista. Se han aumentado más que los cabellos de nuestra cabeza, y nuestro corazón nos falla. Gracias, Señor porque sí quieres librarnos; Jehová, apresúrate a socorrernos.
Sean avergonzados y confundidos a una los que buscan la vida de Guatemala para destruirla . Vuelvan atrás y avergüéncense los que desean el mal de nuestra amada nación; sean asolados en pago de su afrenta los que se burlan de nosotros.
Gócense y alégrense en el Señor todos los guatemaltecos que te buscan, y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido. Aunque afligida Guatemala y necesitada, Jehová pensará en ella. Nuestra ayuda y nuestro libertador eres tú; Dios nuestro, no te tardes
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