Amados hermanos y amigos (a):
No importa qué suceda... aférrese a Dios
¿Cómo hacerlo? He aquí algunos principios que le ayudarán en sus
momentos de mayor dificultad.
Primero, siempre que sienta la tentación de pensar en sus circunstancias y surja
en usted ese sentimiento de desesperación, entienda que es una indicación
importante de que debe estar en oración.
Las emociones que usted está experimentando son una señal de advertencia a su
espíritu, revelándole la absoluta necesidad que tiene del Padre celestial. Él le está
llamando, invitándola a tener una relación con Él, Vaya al Señor con un corazón
abierto, y pídale que le enseñe.
Segundo, conságrese a Dios y a todo lo que Él le haya dispuesto para su futuro.
¿Sabía usted que uno de los más grandes depósitos de oro excavados en esta
nación fue descubierto a solamente a dos pulgadas por debajo del punto donde
un minero anterior se había dado por vencido? Hay muchas bendiciones
maravillosas que usted perderá si tira la toalla. No pierda, por desánimjo, las
buenas cosas que el Padre tiene para usted. Dedíquese al Señor, y Él le
fortalecerá para seguir adelante.
Tercero, reclame las promesas de Dios de amarnos siempre y de nunca desampararnos.
Muchas veces, cuando experimentamos pérdidas, rechazo, o fracasamos en algo
importante atribuimos nuestro sentimiento de dolor a nuestro sentido de valía. Comen-
zamos a creer que n merecemos atención ni nada bueno. Pero el Padre celestial
promete amarnos incondicionalment, y nuestra tarea es simplemente aceptar su
amor infinito (Jer 31.3; 1 Jn 4.9-11) Deuteronomio 31.8 asegura:
"Jehová va delante de ti, él estará contigo, no te dejará ni te desemparará;
no temas ni te intimides".
Cuarto, aférrese a Dios con todo su corazón, con toda su mente, con toda su alma, y
con todas sus fuerzas, no importa lo que pase, sabiendo que al final Él le dará lo que
sea absolutamente mejor para uste. Comprender este principió le ayudará a salir
adelante en los tiempos más difíciles de su vida, porque si usted acude al Señor en
busca de su ayuda, Él confortará su alma herida y llenará su vacío de esperanza.
No importa lo que suceda en su vida, no se aparte del Salvador. Responda a sus
sentimientos de desánimo con oración. Conságrese a confiar en el Plan de Dios
a pesar de las circunstancias. Reclame sus promesas fieles, y aférrese a su
amorosa presencia. Él puede ayudarlo, y lo hará, para que usted salga adelante.
Por tanto, sujétese al Señor. Él conoce la senda que le conducirá a la victoria en
su situación, y simplemente está esperando que usted confíe en que Él le guiará
por el camino,
Charles F. Stanley
Ministerio Mujeres en Victoria
Somos siervas de Dios que trabajamos por la
restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente
en la restauración de la mujer en todas las áreas