Reconocidos en el Cielo
Lectura: Juan 20:11-18 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen. Juan 10.27
María estaba de pie junto a la entrada del sepulcro vacío y lloraba con amargura porque su Señor había muerto. Ella anhelaba "el toque de la mano desaparecida"
tal y como Tennyson describió líricamente la fría irrevocabilidad de la muerte, "el sonido de la voz que estaba quieta".
Entonces apareció Jesús. en su dolor, los ojos de María la engañaron, por cuanto ella pensó que se trataba del jardinero. Pero cuando Él le dijo su nombre, ella Le reconoció de inmediato. Exclamo: "Raboni!" que significa maestro (Juan 20:16).
Las personas me preguntan si nos reconoceremos unos a otros en el cielo. Creo que reconoceremos y seremos reconocidos allí. Cuando Jesús recibió Su cuerpo glorificado, Sus seguidores Le reconocieron (Juan 20:19-20). Y un día nosotros también trendremos un cuerpo glorificado (1 Co 15:42-49; 1 Juan 3:2).
"Regocijaos -dijo Jesús a Sus discípulos- de que vuestros nombres están escritos en los cielos (Lucas 10:20). Un día volveremos a escuchar las voces de seres queridos cuyos nombres están escritos en el cielo -voces que ahora están quietas. Escucharemos al padre que pronunciaba nuestro nombre en tosco afecto, a la madre que nos llamaba cuando estabamos jugando.
Sin embargo, hay una voz que anhelo escuchar por encima de todas las demás: la de mi Señor Jesús, llamando mi nombre: "David", Y, al igual que María, Le reconoceré en el acto. Mi salvador!
J. David Branon
Los adioses son la ley de la tierra los reencuentros son la ley del cielo
En Su amor y mi amor,
Perla Ministerio Mujeres en Victoria
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