Querida mujer de propósito:
La mayoría de nosotras se sentiría un poco incómoda con la idea de que podríamos ser santas. La santidad parece un atributo reservado para Dios, pero además de eso muchas de nosotras tendría dificultad a tratar de explicar con palabras exactamente lo que es. No obstante en Levíticos 11:14, Dios dice claramente a su pueblo: "vosotros por tanto os santificaréis y seréis santos, porque yo soy santo".
Es casi imposible para mí copmprender la santidad de Dios. Su santidad es la antítesis de lo que soy, y esta evoca toda clase de sentimientos en mí; desde puro terror a temor reverente. Recientementeconsideraba qué altivamente tratamos a Dios en medio de tan increíbles bendiciones: familia, amigos, casas, lagos y árboles, mercados llenos de todo lo que pudiéramos desear. Pensando en todo esto, estoy abrumada de cuanto Dios ha provisto para nosotros y qué poco le reconocemos por esto.
Esta advertencia bíblica viene a mi mente: "Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios... no sea que comas y te sacies, y edifiques buena casa en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre" (Dt 8.11-14). Estas son palabras a las que necesitamos poner atención.
Cuando vislumbramos la grandeza de Dios, con frecuencia queremos hacer algo para honrarlo. Somos como Pedro cuando vio a Jesús en su gloria con Moisés y Elías; Él dijo: "Si quieres, hagamos aqui tres enramadas" (Mt 17:4)
Pero en el libro de Miqueas, Dios nos dice lo que requiere denosotros: "¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo?... ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, Él te ha declareado lo que es bueno, y qué pide Dios de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios (6.6-8).
Dios no busca hombres o mujeres perfectos; Dios no nos pide construirle grandes monumentos. Dios busca personas que lo reverencien a Él en su corazón y en su estilo de vida. Dios busca personas en las que pueda residir, con los que pueda hablar y caminar, mediante los cuales Él pueda obrar. Él busca personas que estén deseosos de ser apartados.
Señor, yo sé que tu entiendes mis limitaciones, porque tú me creaste. Pero también sé que Tú eres santo y admirable y que tu propósito para tu pueblo excede en mucho lo que yo podría soñar o imaginar. Perdóname por olvidarme de ti. Inclino mi corazón y mis rodillas ante Ti, Oh, Dios, haz un aobra en mí para que yo pueda ser agradable a tus ojos. Mi corazón grita con tus ángeles mientras unos a otros dicen: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de tu gloria (Isaís 6.3).
Terry Meeuwsen
Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo.... Levítico 11:44 a
El pueblo reconoció la diferencia entr elo santo y lo profano. Imitaban a Dios viviendo de acuerdo con el código de santidad. Hoy podemos hacer lo mismo, todo es cuestión de tomar la decisión de andar en sus sendas de santidad, apartándonos de todo aquello que contamina nuestro corazón, alma, espíritu y cuerpo. Cuidemos nuestros ojos, y nuestros oídos, para ver su gloria y estar prestos para escuchar Su voz. En el nombre de Cristo Jesús, amén y amén
Perla
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