Hay enfermedades que las píldoras y jarabes no pueden aliviar,
ni mucho menos curar, porque no llegan al meollo del asunto: la mente y
el corazón humano, que son la fuente de todo mal. Te duele la cabeza,
la presión arterial no se controla, la gastritis se ha agudizado, la circulación no ha mejorado,
y para colmo de males, te has hecho ver por un sin fin de médicos, y te has sido sometido
a todo tipo de exámenes y evaluaciones que nada revelan ni solucionan,
entonces es tiempo que entregues todas esas angustias, penas, frustraciones
y aún aquellos pecados, que te agobian el alma
y se reflejan en tu cuerpo.
El único que tiene la sanidad perfecta para aquello que las medicinas
no curan ni solucionan, es Jesucristo, médico eterno e infalible
que llega al alma de toda enfermedad.
En el encontrarás, perdón, salud y paz. Él si tiene la medicina para el alma.
En el perdón de Cristo hay salud eterna para el alma.
Arturo Casella Robinson
Ministerio Mujeres en Victoria
Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo
y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas ..