Hay aquellos que dicen que algunas de las
enfermedades que se han desencadenado, tales
como el SIDA, son el medio que Dios usa para
castigar a la gente inmoral de nuestros
tiempos. Pero esa acusación no tiene ninguna
base bíblica.
Dios no
envía enfermedades a la raza humana. De
hecho, si hay alguien en el cielo y en la
tierra que aborrece las enfermedades es
Jesús. El diablo es quien trata de decirnos
lo contrario. El promueve la mentira y trata
de convencernos de que Dios es quien inflige
tales enfermedades en la gente, porque sabe
que si la víctima cree tal cosa se alejará
más de Dios; y ese es su objetivo.
Es tiempo
de que, como creyentes, pongamos un alto a
esa mentira. Hace algún tiempo el Señor
habló a mi corazón, diciéndome: "Ministra a
los que están sufriendo. Diles que no fui yo
quien les causó tal cosa. Diles que yo puedo
libertarlos".
Esa
palabra no era solamente para mí, sino para
todo el Cuerpo de Cristo. Es necesario que
les digamos a los que han sido afectados por
el SIDA o por cualquiera otra enfermedad que
Jesús tiene dominio sobre ellas; es
necesario que les digamos que Dios les ama
muchísimo y quiere sanarlos.
Dios no es
responsable del sufrimiento que vemos a
nuestro alrededor. Esa es una horrible
mentira que el diablo ha estado divulgando
por todo el mundo. Si usted y yo hacemos
bien nuestro trabajo, muy pronto otra
noticia empezará a divulgarse por todo
parte. Esa noticia dirá que Jesucristo no es
quien pone en prisión al ser humano, sino el
único que puede hacerlo libre.
Scripture Reading: Mateo 9:18-26