La Prosperidad es un resultado
La prosperidad no es un fin en sí misma, sino el resultado de una vida dedicada al servicio de Dios.
3 Juan 2 Amado yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
Está claro que Dios quiere que sus hijos prosperen. ¿Cómo puede alguien atreverse a negar esto? Sin embargo, la prosperidad no debiera ser un fin en sí misma, sino el resultado de una calidad de vida, entrega, dedicación y acción que esté en correspondencia con la Palabra de Dios.
En este versículo, la palabra "prosperado" (griego, euodoo) literalmente significa "ayudar, sobe la marcha" o "tener éxito en alcanzar". Claramente implica que la prosperidad divina no es un fenómeno momentáneo o pasajero, sino que es más bien un estado continuo y progresivo de buen éxito, de bienestar. Se aplica a todas las áreas en nuestra vida: espiritual, física, emocional y material. Sin embargo, Dios no quiere que pongamos un énfasis indebido en ninguna de estas esferas. Hay que tener un equilibrio.
Fred Price
Amados hermanos y amigos (a) No olvides que Dios se regocija de los hijos que ponen en práctica Su Palabra. La persona piadosa desea salud física, estabilidad emocional y que la prosperidad llegue a la vida de los demás . Las personas bendecidas de esa forma proocuran recibir y apoyar a los que sirven a Dios. Dios sea propicio a ti,
Ministerio Mujeres en Victoria
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