Amado Hermano (a):
¿Ama usted a Dios? Estoy seguro de que pensará: "¡Si, por supuesto!" Pero quiero que considere lo siguiente: ¿Tiene su corazón hambre y sed del Señor? Se ha dado cuenta de lo mucho que Él le ama?.
Le pregunto esto porque hace algunos años experimenté un período en el que no estaba seguro de qué sentía realmente por el Padre celestial. Cuando oraba y trataba de expresar al Señor que lo amaba, no sabía qué decir. Es como si el Espíritu Santo me hubiera enredado las palabras para que me diera cuenta de que, en realida, no sabía de qué estaba hablando.
Finalmente, me sentí obligado a confesar: "Señor, no sé si te amo". Fue un doloroso, reconocimiento. Pero fue en ese momento que el Señor comenzó a mostrarme que no estaba relacionándome con Dios de la manera que Él quería que lo hiciera. Me ayudó a ver que no me resultaba fácil aceptar Su amor incondicional porque, en el fondo de mi corazón seguía creyendo que tenía que ganarme ese amor, o que no lo merecía.
Estaba tratando de hacer méritos para gnarme el amor que el Salvador me había dado gratuitamente en la cruz del Calvario. Esto significa que no le había entregado algunos aspectos de mi vida, porque en realidad no confiaba en Él; eso estaba estorbando mi relación con Él en todo sentido.
Es que la intimidad con el Señor es más de lo que usted y yo podemos hacer para tenerlo contento. Se trata de lo que somos; de nuestra personalidad, de nuestras habilidades, de nuestro carácter, y de todo lo demás de nuestro ser —Que deben estar consagrados completamente al Señor, así como Él está dedicado a nosotros. Romanos 5.8 nos recuerda: "Mas Dios muestra Su amor para con nosotros, en que sieno aún pecadores, Cristo murió por nosotros". Él nos ama incondicionalmente. Su amor nunca falla, aunque nosotros le fallemos.
¿Tiene usted dudas de que ama al Padre celestial de esa manera? ¿Hay algún aspecto de su vida que todavía no le ha confiado, por temor a ser rechazado, o por algún sentimiento de incompetencia? ¿Se da cuenta de lo profundo que es el amor de Él por usted?
Estas son preguntas muy importantes, porque no hay nada más beneficioso o liberador que tener, de verdad, una relación íntima con Dios. Cuando usted se abre completamente al fiel amor de Dios, Él le da estabilidad, seguridad, serenidad, sensibilidad, entendimiento espiritual.
Dr. Charles F. Stanley
Que la dulce presencia del Espíritu Santo te guíe a tener una intimidad con Dios y que eso sea lo número uno en tu vida, un tiempo solo (a) con tu Padre celestial. Dale todo tu ser, todo tu corazón, tu mente y aprende amarlo cada día más y más. Dios te bendiga,
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