Una invitación a arriesgarse
La viuda de Sarepta tenía la apromesa de un milagro asombroso. ¿Debía creerlo y arriesgarse, confiándole su vida a este Dios de Israel? Si creía las palabras del profeta, lo más que perdería sería un mendrugo de pan, pero podía ganar una provisión inagotable de comida. Sin embargo, antges de que usted llegue a la conclusión de que ésta debió haber sido una decisión fácil póngase en los zapatos de ella. ¿Qué haría usted si ha perdido casí todo, y el Señor le pide que le de a Él lo poco que le queda? ¿Podría confiar en Él lo suficiente para obedecer, creyendo que proveerá para usted, como ha prometido?
Los tiempos de escasez son la invitación de Dios para tener fe en Él. Cuando enfrentamos la inseguridad económica nos damos cuenta de lo que siempre ha cierto: Nuestra verdadera seguridad sólo está en el Señor y Su Palabra. Tenemos básicamente dos opciones: aferrarnos a lo poco que tenemos y tratar de sobrevivir; o ceder, reconocer nuestra impotencia, y aceptar su promesa de que suplirá nuestras necesidades.
Nuestra dificultad no está tanto en aceptar la provisión de Dios, como sí en cooperar con Su método. Por eso, a menudo, queremos que Él simplemente nos ponga en el regazo lo que necesitamos. Pero vemos, a través de la Escritura, que la promesa del Señor de bendecirnos materialmente está acompañada con su petición de que le devolvamos una parte. Esto puede parecer un gran paso de fe cuando las cuentas que tiene que pagar sean más grandes que sus ingresos, cuando esté desempleado, o cuando su cuenta de ahorro de la jubilación se esté agotando.
La viuda de Sarepta decidió creer y obedecer al Señor. Después de primero una torta de pan para Elías. descubrió que el Todopoderoso cumple lo que promete: "milagrosamente, su de harina y de aceite no se agotaron (vv15,16).
Deborah Bate
¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas Malaquías 3:8
Si deseas ser prospero en todas las áreas de tu vida lleva gozoso tus diezmos y se generoso con tus ofrendas y entonces Él abrirá las ventanas de los cielos, y derramará bendiciones hasta que sobreabunden. No temas, aparta primero lo del Señor y probadlo, si no os multiplica sobreabundantemente lo que has dado. En Su amor y mi amor,
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