Deseos
de Nuestro Corazón |
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A menudo hablamos
del regalo de la Salvación como una
transformación del corazón. Jesús vino a darnos
vida eterna por medio de la fe en El y su
sacrificio en la cruz. Su muerte estableció un
nuevo pacto para todo aquel que venga a El en
fe; "Esto es mi sangre del pacto, que es
derramada por muchos para el perdón de pecados"
(Mateo 26:28). |
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Cuando entramos
en este pacto somos transformados; "les quitaré
ese corazón de piedra que ahora tienen, y les
pondré un corazón de carne" (Ezequiel 36:26).
Esta es la misma transformación a la que Pablo
hace referencia: "si alguno está en Cristo, es
una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha
llegado ya lo nuevo!" (2 Corintios 5:17).
También se hace referencia a esto como "la
circuncisión es la del corazón, la que realiza
el Espíritu" (Romanos 2:29). |
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Mientras estamos
en nuestro caminar con Dios - mientras viajamos
con ese nuevo y transformado corazón -
comenzamos el proceso de ser "transformados
según la imagen de su Hijo" (Romanos 8:29). Esta
transformación que comienza en nuestro corazón,
continua por todo el resto de nuestros días.
Podemos llamar a este proceso crecimiento o
madurez, pero el resultado es un corazón que se
vuelve más y más como el de Jesús. |
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Salmos 37:4 |
"Deléitate en el
Señor, y él te concederá los deseos de tu
corazón." |
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Este versículo se
interpreta como que mientras nos acercamos a
Dios, El cumple todos los deseos de nuestro
corazón. Hay gente por todo el mundo pensando
que si "persiguen" a Dios, van a tener un mejor
trabajo, un carro bonito, o una casa más grande.
Esta es una triste y errada aplicación de las
escrituras! Cuando estamos lejos de Dios,
nuestro corazón esta lleno de deseos mundanos.
Muchos van a invertir toda su vida tratando de
saciar estos deseos solo para encontrar que
nunca están satisfechos o contentos. |
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Pero Dios dice
que no necesitamos pasar nuestra vida
persiguiendo estos deseos no realizados.
Mientras diligentemente nos acercamos a Dios,
aprendemos de sus caminos, y nos hacemos
obedientes a sus mandamientos, El nos concede
los deseos de nuestro corazón dandonos nuevos
deseos - dandonos los deseos de Jesús. Mientras
amamos al Señor con todo nuestro corazón,
nuestros deseos actuales son reemplazados por
algo infinitamente mejor. El único deseo de
Jesús era glorificar a Su Padre completando el
trabajo que le fue encomendado hacer (Juan
17:4). Jesús estaba contento más alla de su
comprensión porque El era verdaderamente uno con
su Padre Celestial! |
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La maravillosa
bendición de Dios es que mientras más nos
deleitamos en El, El transforma nuestros deseos
y también nos da la habilidad de cumplir estos
deseos. Esta es la única manera por la cual
encontraremos verdadero contentamiento y paz.
Aprendamos a vivir cada momento deleitandonos en
nuestro Señor. Permitamosle a El continuar la
transformación mientras nos da y nos enseña como
satisfacer, los deseos de nuestro corazón. |
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Steve Troxel |
Ministerios La
Palabra Diaria de Dios |