Dios
y
nuestras
finanzas
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|
MALAQUÍAS
3.7-18
Marzo
28,
2011
La
multitud
de
versículos
de
la
Biblia
que
hablan
del
dinero,
son
prueba
de
que
Dios
está
muy
interesado
en
nuestras
finanzas
personales.
Por
ser
esto
un
elemento
tan
esencial
de
nuestras
vidas,
Él
utiliza
el
dinero
para
enseñarnos
mayordomía,
autocontrol,
y
probar
nuestra
obediencia
a
Él.
Tal
vez
una
de
las
mayores
pruebas
del
Señor
tiene
que
ver
con
nuestra
disposición
a
dar.
La
ley
del
Antiguo
Testamento
ordenaba
hacer
contribuciones
financieras
para
el
mantenimiento
del
templo
y el
sostén
de
los
levitas
que
servían
allí.
Y el
Nuevo
Testamento
dice
a
los
creyentes
que
pongan
aparte
regularmente
una
porción
de
sus
ingresos
para
la
obra
del
reino
(1
Co
16.2).
Sin
embargo,
los
temores
y
las
excusas
nos
impiden
a
veces
cumplir
fielmente
con
esta
responsabilidad
que
Dios
ha
dado.
Nos
parece
que
es
una
tontería
regalar
el
dinero
que
necesitamos
para
pagar
nuestras
cuentas.
Pero
el
Señor
promete
inundar
de
bendiciones
a
quienes
le
obedezcan
en
esto.
Dios
nos
invita
a
probarle
para
ver
si
Él
es
fiel
(Mal
3.10).
Al
descuidar
nuestra
responsabilidad
de
dar
al
Señor,
cometemos
cuatro
pecados.
Manifestamos
incredulidad
en
su
integridad
y
poder,
ingratitud
por
todo
lo
que
nos
ha
dado,
y
rebeldía
contra
sus
mandamientos.
Y
dado
que
la
primera
parte
de
nuestros
ingresos
le
pertenece
a
Él,
quedarnos
con
ella
equivale
a
robarle
a
Dios.
No
piense
que
su
situación
económica
es
demasiado
difícil
para
Dios,
lo
que
haría
que
el
incumpliera
su
promesa.
Nuestra
confianza
en
su
Palabra
depende
de
su
omnipotencia
y de
su
carácter,
que
no
son
afectados
por
los
problemas
económicos
que
tengamos.
Confíe
en
Él,
y dé
con
generosidad.
Charles
Stanley