Debes de aprender conforme a La Palabra de Dios a educarlos y llevarlos por los caminos correctos.
Por: Pastora Sonia Luna,
Antes de entrar al punto de cómo criarlos, quería tocar el punto de apreciar lo que realmente son los hijos. Si son una herencia, es un regalo de Dios. Yo lo veo como que una persona tiene un tesoro y se lo puede confiar a alguien más, así veo yo que el Señor nos está enseñando lo que son los hijos para nosotros.
¿Cómo podemos criar a los hijos? Veamos en la Palabra, en Proverbios 22:6. Los padres son las personas que entrenan a sus hijos para la vida, enseñándoles principios y valores, educándolos y transmitiéndoles el ejemplo. Porque los padres son los que van a dar cuentas de sus hijos. Por eso, es que han escuchado al pastor decir que no confíen completamente en un colegio cristiano; una confianza a ciegas, no. Mucho del trabajo lo tenemos que hacer nosotros. Debemos de darles instrucción con la Palabra, enseñarles qué hacer. Un niño que no ha sido instruido, no puede ser disciplinado. En la instrucción se le deben dar los detalles al niño para saber cómo cumplirlos, debe preparar al niño para vivir. Quiero agregar una cosa muy delicada. Nuestro país ha sido muy bendecido con el Evangelio y mucha gente puede recibir al Señor como su Señor y Salvador, pero creen que cuando ellos lo están recibiendo, también todos sus hijos lo están haciendo, y no es así.
Posiblemente, tú ya eres líder de la iglesia, ya tomaste la decisión de servirle al Señor y de venir a la iglesia cristiana, pero eso no te asegura que lo mismo esté pasando por la cabeza y el corazón de tus hijos.
Si uno es el primero como padre en recibir al Señor en su corazón, muchas veces, les habla a sus hijos como que ellos comprendieran todo, pero no es así. No te van a comprender todo. ¿Ustedes sabían que el cuidado y el amor a los niños honran a Dios? Dios tiene una orden para la familia. Como les decía, en el pacto de Adán y Eva, había otra función: el dominio. El da a los hijos, para poder dejar descendencia en la tierra; tiene que haber gente, pero además tienen que trabajar. Vemos que para nosotros los creyentes es una respuesta a un mandamiento: fructificar y multiplicarnos. Cuando hablamos de herencia, es porque la recibimos de alguien más, de Dios. Los hijos no son completamente nuestros. Los tenemos nosotros, pero no son de nosotros. El Señor ha visto que eres capaz de cuidarlos, por eso los bendijo con cuatro, ocho y hasta doce hijos. El vio que tenías la capacidad de sacarlos adelante. Hay quienes no se preocupan en esa área, se olvidan de sus hijos; pero si se ponen a reflexionar que son herencia de Dios, los van a cuidar más.
Tuve la gran oportunidad de trabajar en la escuela dominical como tres o cuatro años, en el tiempo donde las aulas el domingo eran clases, y entre semana, las oficinas de la secretaria, el contador o el de la televisión. Mi anhelo era ser maestra de escuela dominical y antes de graduarme, quería estudiar magisterio, pero mi mamá no me dejó, pues no es bien remunerado. Yo en ese tiempo, llevaba a mis hijos a que recibieran y dieran la clase conmigo. Lamentablemente, vi la actitud de muchos padres que no me gustó y, a veces, me doy cuenta que el que se necesita educar antes de educar a sus hijos es uno. En una oportunidad, llegó un papá y fue a dejar a una niña a la puerta de la escuela dominical. Ella iba llorando y el padre le pegó duro, y le dijo: “Te quedas aquí, no me vas a arruinar el servicio, yo traje un invitado”. Imagínate ¿qué está percibiendo esa niña? Que la escuela dominical es un trauma, es de sufrimiento o castigo para que su mamá o papá pueda hacer lo suyo allá adentro.
Hay una gran necesidad de que uno tenga paciencia con sus hijos, si queremos instruirlos en el Señor. Debes hacer todo el esfuerzo por llevarlos bien a la escuela dominical. Recuerdo que Cashito dijo “mamá” por primera vez en la escuela dominical. Si tus hijos están pequeños, hay que quedarse con ellos en la sala cuna, porque de esa forma, estás empezando a presentarle el Evangelio a esa nueva criatura, ya no sólo son tus hijos, sino de Dios.
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
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