Debes de aprender conforme a La Palabra de Dios a educarlos y llevarlos por los caminos correctos.
Por: Pastora Sonia Luna,
Que bendición tener una iglesia que se ocupa por la gente de todas las edades, hasta de los pequeños. El pastor ha estado compartiendo mensajes acerca de la familia. Sabemos que la sociedad está compuesta por la familia, y lo más atacado en este tiempo, es la misma. Si no es por el lado del esposo, es por el de la esposa o de los hijos. En Efesios 6:2, habla que hay una promesa preciosa para aquellos que honran a sus padres y es que les dará holgura de días.
Así que la honra a los padres no es negociable. Es un mandato de parte de Dios. Y hemos visto los beneficios. Quisiera saber ¿cuántos padres de familia hay aquí? ¿Cuántos hijos? Todos somos hijos. Estuve orando y deseaba compartir algo que fuera de bendición para ustedes y decidí escoger el tema de los hijos, el cual es bastante complejo.
Salmo 127:3. Herencia de Jehová son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre.
Quisiera saber ¿cuántos de los jóvenes quieren llegar a tener una familia? Y ¿cuántos quisieran llegar a tener hijos? Quiero contarles que yo quería tener seis hijos. Pero cuando ya había nacido Ana Gabriela, le dije al Señor: “Quiero saber si es sólo mi deseo o realmente es tu voluntad”. El me dijo: “Si tú has decidido servirme, necesitas y tienes la responsabilidad de atender a más gente”. Entonces dije: “Si pido el cuarto o el quinto, ya estoy pensando menos en los tres primeros y en ustedes. Porque tengo que repartir más el tiempo entre todos. Mejor no, voy a estar contenta y agradecida por los tres que ya tengo”.
Son tres hijos preciosos. Yo quedé esperando del primero cuando tenía 21 años. El Señor nos bendijo con dos hombres y una mujer, y hay un intervalo de dos años y medio entre uno y otro. Son un regalo de Dios, con ellos he aprendido bastante, y apenas creo que estoy empezando. Hay una palabra muy poderosa para tu vida hoy. Vamos a platicar de tres cosas: cómo criarlos, cómo comprenderlos y cómo dedicárselos al Señor. Sé que hay gente que puede ser que ya tenga sus nietos y me diga: “De eso yo le puedo enseñar más” o “apenas está empezando”. Podría ser, pero para mí es una bendición.
I Samuel 1 Aquí vemos el caso de una mujer llamada Ana. Lo que les voy a contar está del verso 7 al 28. He visto varias cosas. Me impactaron mucho porque esta mujer sí tuvo un trabajo y una dedicación previa antes al nacimiento de sus hijos. Ella anhelaba tener hijos. Cada año, acostumbraba presentarse delante del Señor, llevar sus ofrendas, sus sacrificios y aprovechaba ese momento para pedirle a Dios que le concediera un hijo. No sé si hay aquí mujeres que anhelen tener un hijo y no han podido tenerlo. Vamos a orar por ustedes después. El Señor las va a bendecir hoy.
Lo impresionante es que cuando yo decidí tener a mis hijos, no estaba pensando en la Palabra del Señor. Esta nos enseña que Dios nos dio un mandato de poblar la tierra y que fuéramos fructíferos. En el caso de Ana, me doy cuenta de que ella tenía un propósito y como Dios era lo primero en su vida, sabía que si El le concedía eso, al que tenía que corresponderle primero, era al mismo Dios. Porque si eran tantas las ganas de tener un hijo, se hubiera quedado ella con él, pero Ana va más allá de ese deseo de tener hijos. Cuando ella se presentó delante del sacerdote, él creía que andaba ebria, pero era porque estaba muy angustiada, lloraba amargamente. ¿Cuántos de ustedes han pedido a sus hijos así? Y Dios se los ha concedido. Pero la mayoría no, sino que nos damos el lujo de evitar y decidir cuándo los queremos tener. Son muy pocas las que trabajan previo. Y veo acá que cuando Ana se presentó delante del sacerdote, él sólo le dijo: “Ve en paz y que sea concedido tu deseo”. Si yo le digo a una de las personas que vienen aquí al frente eso, no me lo creen. Pero ella creyó, dejó de estar triste y se fue. Miren qué importante la actitud que debe tener uno cuando viene al altar. Uno viene sabiendo que va a recibir el milagro y se va con él.
Continua....
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
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