Lectura: Mateo 4:4; Deuteronomio 8:4 y Salmo 119:89-91
Como pueblo "espiritual" debemos rehusar las inclinaciones "naturales" del hombre caído, y en su lugar escuchar inclinarnos ante la autoridad de la Palabra de Dios.
La autoridad de la Palabra de Dios en nuestras vidas
El Salmo 119:89-91, considera la absoluta autoridad de la Palabra de Dios como algo inalterable y firmemente asegurado en el cielo. Este pasaje señala:
1. Lo eterno del dominio divino mediante su Palabra. Aunque los tiempos y las estaciones cambien y las costumbres sociales, las opiniones humanas y las orientaciones filosóficas varian; ello no afecta la permanencia o la autoridad de la Palabra de Dios.
2. Dios es fiel en el ejercicio de su poder, en el cumplimineto de Sus promesas ylas bendiciones de Su Palabra (v.90). Así como habló y la tierra fue creada y se sostiene, de la misma manera ha hablado en cuanto a las leyes que riguen la vida. El relativismo del pensamiento humano no afecta su autoridad o sus normas.
3. Aunque la creación subsiste por Su Palabra (todas las cosas credas le sirven v.91). El hombre contradice a menudo la autoridad del Creador. Pero, cualquiera que sea nuestra pasada rebelión, cuando acudimos a Cristo debe ocurrir una restauración de la Palabra de Dios como principio orientador de nuestras vidas.
No sólo se declara esto en forma conclusiva en los evangelios por el mismo Jesús (véamos Juan 8.47); sino que para Pablo, responder de otra manera compromete el tipo de vida al cual hemos sido llamados ( véamos 1 Co 2:13-16).
Nosotros debemos reconocer que la mente natural no puede entender ni recibir mensaje alguno del Espíritu Santo. Conoce que sólo quienes están espirtualmente vivos pueden discernir la sabiduria espiritual. Porque el Espíritu Santo responde al espíritu no a la mente. El Espíritu Santo interpreta cosas espirituales a la gente espiritual.
Como pueblo espiritual rechacemos las inclinaciones "naturales" de la humanidad caída. Al escuchar y rendirnos a la autoridad de la Palabra Divina, comjprobamos que ya no somos dominados por el espíritu mundano del error. (1 Juan 4.6). El Espíritu Santo nos revela el significado y el poder de la Palabra de Dios para nuestras vidas y testimonio. El Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos HIJOS DE DIOS! (Ro 8.16)
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
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