El Señor tiene mucho para darnos si hacemos de la lectura de la Biblia la prioridad en nuestras vidas. Él quiere que anhelemos "la leche espiritual no adulterada" de la Palabra, para que podamos convertirnos en creyentes maduros (1 P 2.1, 2).
Si usted empieza a "saborear" seriamente la Palabra de Dios, comenzará a desarrollar el deseo de adentrarse en su conocimiento. En vez de sentir la obligación de leerla, anhelaremos dedicar tiempo para escuchar al Salvador y crecer en nuestra comprensión de su carácter y de sus caminos. Nos convertiremos en depósitos de tesoros andantes, llenos de una riqueza que nadie podrá robarnos, ni siquiera la muerte (Mt 6.19-21).
EJERCICIO DE MEDITACIÓN EN LA PALABRA
Lea Salmo 1.1-3, e inicie una conversación con el Señor con las siguientes preguntas:
VERSÍCULO 1
Señor, ¿tomo el consejo de aquellos cuyos caminos son contrarios a ti?
¿Estoy perdiendo algunas de tus bendiciones por los amigos que he elegido?
VERSÍCULO 2
Señor, ¿cuál es mi principal fuente de deleite?
¿Qué quieres decir con "medita de día y de noche"? ¿Cómo puedo hacer eso?
VERSÍCULO 3
¿Cómo puedo llegar a ser como un árbol fructífero? ¿Qué clase de fruto quieres que produzca?
¿Qué significa prosperar? ¿Qué bendiciones aguardan a quienes te honran?
Dr. charles F. Stanley
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
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