Un vislumbre de la Gloria
. . . aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día. --2 Corintios 4:16.
Somos atraídos por el amor de Dios para poner nuestro afecto en las cosas de arriba, no en las de la tierra, este es un signo de que encontraste en el camino lo que deseabas transitado ya cierto tiempo, y llegada tu madurez con los años, empieza tu cuerpo levemente a debilitarse a tener un desgaste físico en tus órganos.
Pablo nos indica que "nuestro hombre interior se renueva de día en día. Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación" (2 Corintios 4:16-17). ¿Cómo así?
La manera en que yo lo veo es que el envejecimiento y la debilidad centran nuestros pensamientos en Dios. Aprendemos a fijar la mirada en Él y en realidades no vistas; aprendemos a distinguir entre lo permanente y lo que es pasajero. Y así mantenemos la mirada en las cosas que no se ven (v.18). Debemos ver más allá de nuestra fragilidad presente a lo que un día será: criaturas gloriosas que estallan de una belleza radiante y una energía sin límites.
"Por tanto no desfallecemos" (v.16). Podemos colaborar con nuestro dolor y seguir sirviendo, orando, amando y siendo solícitos hasta el final de nuestros días. Podemos conocer la fortaleza de carácter a pesar de nuestra frágil humanidad; podemos demostrar una resistencia paciente y amor a los demás en medio de nuestra incomodidad. A pesar de nuestros problemas momentáneos, podemos seguir adelante, porque hemos vislumbrado la gloria que lo sobrepasa todo. --DHR
SI NO HAY NADA PENDIENTE ENTRE NOSOTROS Y DIOS,
NUESTROS ROSTROS, A PESAR DE DE NUESTRO DESGASTE
PUEDEN REFLEJAR SU GLORIA.