El silencio Léase Mateo 28.16-20 Jesús dijo: Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. -Mateo 28.20 (RVR) ABRÍ los ojos lentamente. Me incorporé en la cama y toda mi angustia volvió a inundarme. El silencio me aturdió. La realidad de su partida me golpeó en la cara. Ambos se fueron a estudiar. No pensaba que iba a ser tan duro. Los días pasaban y mi angustia no se iba. Las llamadas telefónicas no aminoraban la angustia. No estaba acostumbrada a la soledad. Me pesaba, me asfixiaba. Los tres siempre fuimos muy unidos, y compartimos nuestros días con alegría, cantos, risas y mucho amor. Estaba por almorzar, pero no pude; un nudo cerraba mi garganta. Sentí que no podía más. Lloré sin consuelo. Llamé a nuestro Señor. Le pedí que me abrazara fuertemente hasta que pudiera serenarme y aceptar lo que sucedía. Lloré hasta que me fui serenando y una suave tibieza me abrazaba. Oí que el Señor me decía: Serénate, porque yo estaré contigo hasta el fin de los días. Me quedé un rato en silencio hasta que pude darle las gracias. Le rogué que me ayudara a acostumbrarme a esta soledad, sin sentir angustia. El Señor me oyó, y hoy puedo hablar de los chicos sin llorar. Sra. Neri Gattinoni (Mar del Plata, Argentina) Oración: Gracias, Señor, por cumplir en mi tus promesas, y por darme el consuelo y las fuerzas que necesito. Amén. PENSAMIENTO PARA EL DÍA El Señor está siempre con su pueblo.
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