¡Sé Fiel, ten Palabra!

El diccionario en línea Word Reference, define la palabra fiel de la siguiente manera: “que cumple sus compromisos; exacto, conforme a la verdad”. Cuando uno hace una promesa de fidelidad debe de cumplirla hasta la muerte. Esto quiere decir que si le prometiste a una persona o a un amigo que guardarías su secreto o que serías confidencial sobre un asunto, debes sostener y cumplir con esa palabra que dijiste. Una de las razones es porque eso habla de tu integridad y de la clase de persona que eres y dos porque puedes causar dolor a la persona que se lo prometiste y lacerar esas emociones.

He visto muchos casos donde personas que eran mejores amigos, por alguna razón determinada rompen su amistad y luego bajo su ira o con deseos de venganza ventilan a los demás los secretos que ese amigo le había contado. Y la verdad eso me parece muy grave y bajo. Siempre he tratado de vivir conforme a esta premisa que dice: “que no le hagas a nadie lo que no te gustaría que te hicieran a ti”. Entiendo que “mis derechos terminan donde comienzan los de los demás” y viceversa.

Cuántas personas hay en el mundo que actualmente desconfían hasta de su sombra porque un día alguien quebrantó la confianza que ellos les habían brindado. Pero soy de las que piensas que uno no puede obstruir el paso a otras personas y por una mala experiencia desconfiar ni cerrarle las puertas a los demás que tal vez tratan de hacernos un bien.

Todos deseamos que los demás sean fieles con nosotros, pero nosotros también debemos ser fieles con los que confían en nosotros. Personalmente mi palabra como mujer, como cristiana y como ser humana es importante. Por ende si prometo algo, debo cumplirlo porque la primera que se decepcionaría de si misma, sería yo si le fallo a los demás. Pero no es solo ser fiel a mi misma y a los demás, es más importante serle fiel a Dios. Porque si Dios permanece fiel a nosotros, lo menos que nosotros podemos hacer es serle fiel a él. Tratar de no fallarle ni de decepcionarlo, mucho menos causar dolor a su corazón.

Mientras escribo esto acabo de recordar un himno que dice: “Porque tú eres bueno, porque para siempre tú misericordia es. Cada mañana al despertar se que en ti puedo confiar, me sostienes por tu gran fidelidad. Porque tú eres bueno, porque tú justicia, justicia eterna es. Cada mañana al despertar sé que en ti puedo confiar por tu senda de justicia guíame”.

Hago de ese himno, una petición y un clamor personal. Deseo no fallarle a Dios, a mi misma ni a las personas que han depositado su confianza en mí. Eso es parte de una conciencia tranquila, de poder ir a mi cama a la hora de dormir con tranquilidad y sin cargos de conciencia.

Te invito a atesorar la importancia de ser una persona de la que los demás puedan testificar y declarar que es fiel.

Autora: Brendaliz Avilés