Dª. JULIA VILA CAMPDERROS,
LLAMADA A LA PATRIA CELESTIAL
Queremos comunicar a nuestros suscriptores que Dª. Julia Vila Campderrós (1921-2011), esposa de D. José M. Martínez y madre del Dr. Pablo Martínez Vila partió a la presencia de su Señor el pasado 18 de octubre del 2011 tras corta pero cruel enfermedad.
Después de una vida longeva y fecunda de servicio, el Señor ha tenido a bien promocionarla a la patria celestial. En nuesto corazón hay sentimeintos mixtos: dolor por la separación pues la muerte siempre es un fenómeno antinatural (fuimos creados para vivir y no para morir); pero igualmente tenemos un «fortísimo consuelo» porque «nos asimos de la esperanza puesta delante de nosotros» (Hebreos 6:18).
Como pequeño homenaje a tan fiel servidora incluímos sendas reflexiones de D. José M. Martínez y de su hijo Pablo que reflejan el sentir del resto de la famila y de todo el equipo de redacción de Pensamiento Cristiano.
Tras 62 años de matrimonio el Sr. Martínez escribía en sus memorias:
Considero aquel acontecimiento (mi boda) como una de las grandes bendiciones que Dios me ha concedido, pues la abnegación, la humildad y la entrega plena de mi esposa, ajena a todo afán de lucimiento o protagonismo, prudente y discretísima siempre, contribuyeron en gran manera a que mi ministerio se viera exento de problemas que, sin duda, habría tenido si ella hubiese carecido de esas virtudes. Ella ha hecho posible mi máxima dedicación a las diferentes formas de ministerio en que me he ocupado. En mi caso puedo decir con el sabio autor de Proverbios: «El que encuentra esposa encuentra el bien» (Proverbios 18:22).
Palabras de su hijo Pablo Martínez:
La vida de nuestra madre se resume con facilidad en una frase: entrega generosa al servicio de su famila y la familia de Dios. Vivía la iglesia como una extensión de su propia familia, compartiendo con su esposo un intenso sentido de pastoreo. Con un cáracter pacificador -probablemente nadie recuerda haber tenido una «fricción» con ella-, su don más destacado era el servicio. Siempre pensaba antes en el otro que en ella misma. Un servicio discreto, detrás de bastidores. Ha sido como un Efaprodito o un Timoteo contemporáneo sirviendo a las necesidades de los santos, prefiriendo siempre los segundos lugares. Este ha sido el mejor sermón que ha predicado nunca: el sermón de la hospitalidad, el cuidado del prójimo y su apoyo absoluto al ministerio y la obra de nuestro padre. El impacto de su testimonio en el vecindario fue tan poderoso que 30 años después los vecinos aún preguntan cariñosamente por ella.
Ahora, en medio de una corta, muy corta, pero cruel enferemedad, ha predicado su último sermón. Ha sido el elocuente mensaje de la valentía, la fuerza de ánimo y la fe que se alza por encima de un deterioro imparable del cuerpo. Esta fuerza que viene de Dios le ha llevado a cantar y orar cada día con sus seres queridos los himnos y los pasajes más emblemáticos de su vida en emotivos momentos de culto familiar. Así fue hasta la última noche. Cuando entregó su alma al Señor estaba en su casa, rodeada de toda su familia y eschuchando estas palabras suaves: «Dios te ama».
Pastor José M. Martínez
Elisabet Martínez Vila
Pablo Martínez Vila y Marta Fontanet
Ana Martínez Vila y Job 't Hart, Daniela y Felix
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