Amado hermano (A):

Al entrar al nuevo año 2012, considere que tiene por delante.  Piensa en todas las maneras
como Dios ha cuidado de ti.  Puedes confiar en el Padre celestial.  Puedes honrarlo como
Señor, porque Él ha prometido estar contigo todos los días de tu vida hasta el fin y bendecir
tu obediencia.  ¿Cómo puedes saberlo con certeza?

Primero, puedes estar seguro de que Dios te ayudará, pues te ama incondicionalmente. Él
desea lo mejor para ti, y está obrando a tu favor (Jer 29.11). Sin embargo, debes asegurarte
de mantenerte bajo Su manto de protección, obediciéndole siempre, aunque a veces no
entiendas lo que Él te ordena.

Segundo, Puedes estar seguro de que el Señor honrará lo que tu le traigas por amor y
obediencia, porque Él no es tu deudor. ¿Qué quiero decir con esto?  Fue el Padre celestial
quien  le dio a usted primero lo que ahora le está devolviendo.   Él no le dará la espalda.
En vez de eso, le alabará y recompensará por confiarle lo que tiene. Él siempre te superará
en generosidad, no importa lo que tú hagas (2 Co 9.6-18).

Tercero, puedes estar seguro de que el Padre te bendecirá si confías en Él, porque así lo ha
prometido en Su Palabra.  En Malaquías 3:10, Él dice: Traed todos los diezmos al alfolí; y
porobadme ahora en esto... si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre
vosotros bendición hasta que sobreabunde".  El Señor es santo, y no puede mentir. No
actuará de manera contraria a lo que ha prometido. Si Él dice que abrirá las ventanas de los
cielos para bedecirte si le obedeces Él lo hará

Por último, puedes estar seguro de que Dios premiará tu fidelidad, porque Él siempre lo ha
hecho y lo seguirá haciendo.  Vemos a lo largo de toda la Biblia que el Señor colma a sus
siervos fieles de su bondad y misericordia.  Jesús afirmó:  "No hay nadie que haya dejado
casa, o padre, o hermanos o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir
mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna" (Lc 18:29-30).

Al terminar el 2011 y empezar el 2012, mi oración es que puedas recordar cómo Dios te
ha mostrado Su amor incondicional de diversas maneras, cómo ha honrado tus ofrendas
cómo ha cumplido Sus promesas, y cómo ha premiado tu obediencia.

Fraternamente en Cristo

Charles F. Stanley