También es su historia...
El apóstol Pablo escribió: "Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad, para alabanza de su gloriosa gracia, que nos concedió en su Amado." (Efesios 1:4-6).
¿Qué significa? Que usted y yo, al aceptar la obra redentora del Señor Jesús en la cruz, reconocemos que El nos perdonó los pecados del ayer, y además, nos reconcilió con el Padre. Ahora somos hijos legítimos. Podemos ir a Su presencia en oración y hablar con Él como lo que es, nuestro Padre.
El sacrificio en el Calvario nos otorgó un título especial, el de ciudadanos del reino de Dios. Somos nuevas criaturas. Y desde ese momento, cada día es una nueva oportunidad de vivir diferente e impactar al mundo con nuestra forma de pensar y de actuar. El pasado quedó en el pasado y no podemos vivir en el pasado. Las páginas en blanco de su existencia renovada apenas comienzan a escribirse...