Remedio para el miedo
Lectura: Salmo 34:1-10
Busqué al Señor, y él me oyó, y me libro de todos mis temores
—Salmo 34:4
En su discurso inaugural, en 1933 Franklin D. Roosevelt, e recién elegido presidente de los
Estados Unidos, se dirigió a la nació que aún no se había recuperado de la Gran Depresión
Esperando desperar una perspectiva más optmista en cunto a la crisis económica, declaró:
"¡A lo único que tenemos que tenerle miedo es al miedo!
El miedo suele aparecer en nuestra vida cuando corremos el riesgo de perder algo:
riquezas, salud, reputación, posición social, seguridad familiar, amigos,
Revela nuestro deseo innato de proteger lo que más nos importa en la vida, en vez
de entregarlo plenamente al cuidado y control divinos. Cuando el miedo se impone
nos incapacita emocionalmente y debilita nuestra vida espiritual, tenemos temor de
hablarles a otros de Cristo, de disponer de nuestra vida y recursos para ayudar a los
demás o de aventurarnos hacia terrenos desconocidos. Un espíritu temeroso es más
vulnerable al ataque del enemigo, el cual nos tienta para que no seamos fieles a las
conviccione bíblicas y nos hagamos cargo personalmente de las cosas.
Por supuesto, el remedio para el miedo es la confianza en nuestro Creador.
Solo cuando confiamos en la realidad de la presencia, el poder, la protección y la
provisión de Dios en nuestra vida, podremos compartir el gozo que experimentaba
el salmista, cuando dijo:
"Busque [al] Señor, y él me oyó, y me libró de mis temores"
(Salmo 34.4)
Joseph M. Stowell
Confiar en el Señor es el remedio para
un espíritu temeroso!
Dios ha prometido estar con nosotros todos los días de nuestra vida
y siendo Él nuestro buen Pastor, nada nos faltará
Confia en Él y Él hará!
Dios te bendiga