La victoria sobre el pecado. El poder de la resurrección nunca es más evidente que cuando Cristo nos libera de la esclavitud del pecado. Cada vez que los creyentes somos engañados por las mentiras de Satanás y nos rendimos a sus tentaciones, el único recurso para ser libres es tomar nuestra propia cruz y negarnos a nosotros mismos (Mt 16.24).
Es fundamental entender que los creyentes andamos con el Todopoderoso viviendo en nosotros. No hay nada que Satanás pueda lanzarle, que Jesús no pueda vencer. Al decidir usted dejar que Dios maneje la tentación, experimentará la victoria del Señor. Tratar de luchar en sus propias fuerzas terminará en fracaso. Pero si usted confía en Cristo, Él vendrá pronto en su ayuda con su poder, para darle la victoria sobre cualquier tentación que esté enfrentando.
La estabilidad en su andar cristiano.A pesar de que la vida está llena de altibajos, no tenemos que vivir en una montaña rusa de victorias y derrotas. Al dejar que Cristo viva a través de nosotros, nuestra alma no es gobernada por las circunstancias, sino por Aquel que vive dentro de nosotros. Si usted pone en actividad la vida que Jesús le ha dado, Él le dará la estabilidad que va más allá de las situaciones a su alrededor.
¿Cómo vivo crucificado con Cristo?Hay dos aspectos de nuestra identificación con la muerte y la resurrección de Cristo: hemos muerto al pecado y resucitado a una vida nueva. Sin embargo, la experiencia real de esta verdad dependerá de que pongamos en práctica nuestra cooperación con Cristo.
Tome su cruz cada día. Vivir la vida crucificada con Cristo no es una decisión de una sola vez, sino la práctica permanente de tomar la cruz cada día para seguir a Jesús (Lc 9.23). Minuto a minuto, usted debe elegir esta difícil pero santificadora actitud, para obedecerle.
Reconozca su insuficiencia.Los creyentes que se han rendido al Señor Jesús, se dan cuenta de que no pueden experimentar la vida cristiana sin su ayuda. Todos nuestros nuevos esfuerzos para cambiar y mejorar, resultan solo en fracaso. Esto es así, porque el viejo yo jamás puede ser mejorado. La solución está en crucificarlo y dejar que Cristo viva en nosotros. Él es nuestra única esperanza para tener una vida fructífera y victoriosa.
Pídale a Dios que venza las áreas de derrota continua.¿Qué hábitos o prácticas controlan su vida? Dios quiere que usted tenga la victoria, y Él le ha dado todo lo que necesita para ser libre en Cristo. Si está luchando en un área particular hoy, haga la siguiente oración, y observe lo que Dios hará en su vida.
Padre celestial, por la autoridad de tu Palabra, he sido crucificado con Cristo y resucitado a una vida nueva. Acepto esto por fe, y hoy elijo morir a ese pecado que me domina. El poder del pecado ha sido destruido, y ya no me controla. Voy a dejar hoy que el Señor Jesucristo se encargue de esto que me derrota. Por fe, haré uso de la vida y el poder que me pertenecen en Cristo
Charles F. Stanley
Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
Voy a dejar hoy que el Señor Jesucristo se encargue de esto que me derrota. Por fe, haré uso de la vida y el poder que me pertenecen en Cristo.........................................
SI CONFESAMOS NUESTROS PECADOS, èL ES FIEL Y JUSTO PARA PERDONAR NUESTROS PECADOS, es esto lo que debemos hacer, cuando hemos cometido pecados, pues Dios es el ùnico que puede borrar todo lo malo que hay en nuestro ser, y cuando confesamos, hemos ganado la victoria, por que Dios ama la verdad.