Junto a la CruzRecordemos a quienes estuvieron allí y su importancia
La crucifixión de nuestro Señor y Salvador es fundamental para la fe cristiana. Reunimos aquí estos breves bosquejos de algunas de las personas que estuvieron involucradas en lo que sucedió aquel Viernes Santo, con la esperanza de que reflexionemos más profundamente sobre el regalo maravilloso de lo que Jesús hizo por nosotros.
María Magdalena
Ella observó la crucifixión desde lejos. ¿Qué significaría la crucifixión para ella, ahora que Jesús había muerto?
Antes de encontrarse con Cristo, María Magdalena había estado poseída por siete demonios. Es difícil imaginar una condición espiritual peor que ser prisionera dentro del propio cuerpo: la de ser juzgada tan mal del todo, que tenía que vivir marginada del resto de la sociedad.
Jesús le había dado a María una nueva vida, no solo al expulsar de ella los demonios, sino además al acogerla en su redil. De ser una mujer marginada por la sociedad, pasó a ser parte del grupo de los acompañantes de Cristo en los viajes que Él hacía enseñando y sanando a las personas (Lc 8.1, 2).
A ciertos espectadores que estuvieron junto a la cruz pudo haberles parecido que María se había dejado engañar por las palabras de un lunático, de un hombre que se creía Dios. Pero en ese momento, Jesús estaba probando que era realmente Dios al enfrentar y derrotar a los peores enemigos del hombre: el pecado y la muerte. Solo tres días después Él volvería y le pediría a María Magdalena que le acompañara una vez más compartiendo el milagro de la nueva vida, libre ella ya de las garras de Satanás (Jn 20.17).
Las mujeres que ayudaban a Jesús
Entre los muchos seguidores del Señor Jesucristo, había un grupo de mujeres fieles que acompañaron al Señor hasta el final, algunas de los cuales daban ayuda económica al ministerio del Señor.
Jeff Gregory
María Magdalena entró al jardín probablemente planeando pasar la mañana haciendo el último favor al que le había dado tanto. Pero en vez de poder honrar a Jesús al ungirlo, ella fue honrada por permitírsele ser la primera testigo de su resurrección. Con las otras mujeres ella estaba entre las primeras en oír las palabras más revolucionarias de la historia: "¡Ha resucitado el Señor!" Él está vivo! sentado a la diestra del Padre, intercediendo por ti y por mi acude a Él y Él saciará de bien tu vida y te coronará de favores. Hoy es tu día! Ven a Él!
Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la
mujer en todas las áreas
Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas........................
La figura de esas mujeres, nos muestra, y nos da el ejemplo, que sobre nuestros hombros tambièn descansa la predicaciòn del evangelio de Cristo, el peso de su obra, la expansiòn de predicar la salvaciòn, y el sacrificio de Cristo. somos muy importantes asì como estàs mujeres lo fueron en su momento, este es el momento de nosotros tambièn.