SOLO TE QUEDA CREERLE A DIOS.

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Tienes ahora, pocos recursos a tu disposición para suplir una inmensa cantidad de necesidades urgentes.

A medida que transcurre el tiempo, la proporción es más evidente, demandante y angustiante.

¡Qué presión la que sientes!

Por eso, y con justa razón, tu primera reacción es preguntarte:

 

“¿De dónde voy a obtener lo que necesito ahora?

 

La verdad es que no tienes de donde...

Las fuentes de provisión ya se te agotaron por completo. No hay de donde sacar más,

por mucho que busques o toques puertas.

Ya no se puede, humanamente hablando, es totalmente imposible.

Que esta situación tan terrible no te lleve a la desesperación, ni a tomar medidas que Dios no aprueba,

pues las consecuencias serían peor.

 

Has llegado a un punto en que tú fe está siendo probada en su máximo punto.

Has llegado a un grado tal, en que le crees o no le crees a Dios.

Paradójicamente, te es necesario pasar por todas estas imposibilidades para que aprendas a ejercitarte en la fe.

 

Solamente te queda CREERLE A Dios.

 

Ante tu caso imposible, Dios sabe lo que hará. Ya todo lo tiene perfectamente planificado para resolvértelo.

Tu no entiendes como procederá, ni que situaciones permitirá.

De lo que si has de tener la plena seguridad es que te proveerá de manera milagrosa.

 

No razones con Dios...

No le pongas condiciones...

No le cuestiones...

El es Dios, y sabe cómo lleva las cosas...

 

Lo que a ti te corresponde es cambiar de estrategia. He aquí cuatro actitudes que has de tener presentes:

 

Poner en las manos de Dios esos pocos recursos que tienes ahora, así tal y como están.

 

Ser responsable y diligente con lo que se te ha asignado hacer, pensando siempre en el beneficio de los demás.

 

Descansar en la fidelidad, la soberanía y en el poder sobrenatural de Dios.

 

Regocijarte por el milagro que Dios hará.

 

Pon en práctica desde ahora, estos cuatro consejos, y verás como todo se inclinará a tu favor

a pesar de las pésimas condiciones externas que ahora te rodean.

Aprende del testimonio del Apóstol Pablo, quien desde una oscura cárcel en la que se encontraba prisionero,

escribió lo siguiente:

 

Regocijaos en el Señor siempre.

Otra vez digo: ¡Regocijaos!

Filipenses 4:4

 

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración

y ruego, con acción de gracias.

Filipenses 4:6

 

Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mi, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

Filipenses 4:9

 

He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Se vivir humildemente, y se tener abundancia;

en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre,

así para tener abundancia como padecer necesidad.

Filipenses 4:9-10

 

Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Filipenses 4:19

 

Ahora, desde este calabozo oscuro en el que te encuentras, aprende a creerle a Dios.

 

SOLO TE QUEDA CREERLE A DIOS.

A.Lievano