El amor debe siempre existir en nosotros, el amor es Dios mismo, y en èl no puede
haber nada oscuro, ni tenebroso, en èl existe la luz, la iluminaciòn, la claridad, y el
amor hecha fuera el temor, el odio, el rencor y la envidia, todo ello corrompe nuestra
vida, pero si tenemos a Dios en nuestro corazòn, actuaremos como èl actua, por
ejemplo vemos a David, ante un Saùl egoista, envidioso, que siempre lo persiguiò para
terminar con la vida de David, sin embargo, en este nunca existiò el odio ante el rey aunque
sabìa perfectamente que este querìa matarlo, su corazòn nunca almaceno esa corroña,
porque sabìa que era ungido de Dios, y Dios para èl era prioridad uno.
araceli