Con espíritu de Angustia?? Nuestra charla en este día trata sobre la depresión, y que en su traducción, quiere decir "disminuir el volumen de un cuerpo por medio de la presión", y presión es igual a prensar, aplastar, moler, triturar, machacar... Esto nos trae a la memoria el cuadro del Getsemaní, y cuyo significado es "prensa de aceite", porque en su día, allí hubo un molino donde se prensaban las aceitunas para sacarles el aceite. Para que una aceituna de el fruto que lleva dentro, tiene que ser triturada, machacada, molida. Y esto es lo que el profeta Isaías dijo que se haría con Cristo cuando dijo "que sería molido por nuestros pecados (Isaías 53:5) Cuando Jesús ora al Padre por tres veces que le librará de su mortal angustia, angustia de muerte y de sudor de sangre, Dios le envió un ángel para fortalecerle (Lucas 22:42-43) Él estaba sufriendo una depresión tal que si no hubiera sido pro la ayuda del ángel de Dios, Cristo no hubiera podido llegar a la cruz para expiar el pecado. Y su oración fue oída por el Padre "a causa de su temor reverente" (Hebreos 5:7) Todo lo que aquel nombre de Getsemaní significaba, literalmente se estaba cumpliendo en el dulce y pacifico maestro de Nazaret. Él estaba gustando el amargo sabor de las angustias del hombre caído. Y en aquella antesala de la muerte, sufrió todo el significado de lo que podemos llamar "la depresión de las depresiones humanas", tal y como ya, por revelación del Espíritu Santo, Isaías lo anunció diciendo que "en toda angustia nuestra, él fue angustiado" (Isaías 63:9) No existe ningún quebrantamiento en los seres humanos que Jesús no haya gustado por la humanidad. Él es, en el libro de Isaías "varón de dolores, y experimentado en quebrantos" (Isaías 53:3) es decir, fue un experimentado en todo tipo de depresiones. Ningún médico conoce a los que sufren como los conoce Aquel que se identificó con ellos, tomando su propia naturaleza, a fin de gustar por ellos todo el amargo sufrimiento de una naturaleza que vive bajo el imperio de la muerte, el miedo, las enfermedades y toda la presión a la que los hombres y mujeres estamos sometidos en nuestra flaca humanidad pecadora. También nos conforta saber que Aquel que se sometió a toda angustia nuestra, es ahora nuestro Sumo Sacerdote, que fue tentado en todo lo que somos nosotros y que, conociendo nuestras debilidades, "pues en cuanto el mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que somos tentados" (Hebreos 2:18)
MANUEL SALVADOR.
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