Desde el vientre de la Bestia
—Cómo orar cuando la vida se vuelve oscura—
Estuvieron enterrados vivos en una pequeña caja de acero, a 3.000 pies [900 metros] bajo tierra durante catorce brutales días. Estaban desesperados, pero al menos no estaban solos. A comienzos de abril de 2006, tres mineros australianos –Larry Knight, Webb Brant y Todd Russell– estaban trabajando en una centenaria mina de oro cuando se produjo un terremoto, matando a Knight y dejando atrapados a los otros dos en una estrecha jaula de seguridad, sepultados por toneladas de escombros y rocas, a más de media milla de distancia de aire puro. Durante dos semanas de agonía, Brant y Russell soportaron el sofocante encierro de su espacio claustrofóbico. La situación era aterradora, y por tener sus extremidades inferiores inmovilizadas por los escombros, pensaron en amputarse las piernas con un cortador de cajas si era necesario que lo hicieran para poder sobrevivir.
Para contrarrestar el pánico que se estaba apoderando de ellos, enfrentaron su terrible situación por medio del humor y la música. Al tratar de encontrar una canción cuya letra conocieran ambos, escogieron The Gambler, de Kenny Rogers, y pasaron esas horas horribles recordando el mensaje de esa canción en cuanto a lo inestable que es la tierra que nos rodea. En esos momentos difíciles nos apresuramos a orar, ya sea que estemos acostumbrados a hacerlo o no. Al darse cuenta de la posibilidad real de que nunca más podrían ver a sus familias, ambos hombres escribieron mensajes de amor y afecto sobre su piel, el único pergamino que tenían. Milagrosamente, los mensajes no fueron necesarios. El 25 de abril, después de dos semanas inimaginables de estar enterrados vivos, fueron sacados de esa oscura tumba por manos de rescatistas.
Jonás conoció este desesperante encierro. Dios le dijo que fuera a Nínive, pero en vez de eso corrió en dirección contraria. Al llegar a la ciudad portuaria de Jope, cogió un boleto para subir a la primera embarcación que pudo encontrar. La Biblia habla de pistas en cuanto al descenso en espiral de Jonás: Descendió a Jope; después descendió a la embarcación; y luego descendió más (literalmente: “a los confines de”) al interior de la nave (Jon 1.3, 5). En todos los sentidos, Jonás estuvo descendiendo. Pronto descendería también al interior del vientre de un pez.
por Winn Collier
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