Cantemos alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Sirvamos a Dios con alegría; vengamos ante Su presencia con regocijo. Reconozcamos que Él es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entremos por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabémosle, bendigamos su nombre. Porque Dios es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones.
Oramos, Señor, que en tu infinita misericordia, fortalezcas a los guatemaltecos de corazón temeroso y a aquellos cuyos ojos desfallecen y sienten tristeza de alma. Señor, te pedimos que hoy abras camino para los varones y mujeres de todas las edades que sienten que su vida pende de un hilo, aquellos que viven temerosos de noche y de día, los que no tienen seguridad de su vida. Anima a los que por la mañana dicen: ¡Quién diera que fuese la tarde! y a la tarde dicen: ¡Quién diera que fuese la mañana!, a causa del miedo en su corazón que les amedrenta y ciega su vista.
Ten misericordia de su vida, oh Jehová, porque están en angustia. Se han consumido de tristeza sus ojos, su alma también y su cuerpo. Porque la vida de ellos y ellas se va gastando de dolor, y sus años de suspirar. Se agotan sus fuerzas y sus huesos se han consumido.
Hoy te pedimos que sean libres de la influencia del espíritu de enojo, frustración, impotencia, falta de perdón, tristeza, pesadumbre, angustia, preocupación. Atamos a estos espíritus inmundos y los echamos fuera, en el nombre de Jesús. Te pedimos que ayudes a los que se ven afectados por la depresión y que hoy desean ser libres, para que con toda decisión y seguridad en el nombre de Jesús, renuncien al poder que estos espíritus ejercen sobre su vida, los reprendan y echen fuera. Además, te pedimos, Señor, que el maravilloso Espíritu Santo se mueva sobre su vida ministrando paz, gozo, tranquilidad, libertad. Desatamos a estas personas para que disfruten la vida plena que Cristo compró para cada uno.
Sabemos que la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación; pero la tristeza del mundo produce muerte. Por eso, atamos al espíritu de muerte que poco a poco va atrapando la vida de estas personas, enrollándolos en su red, entristeciéndolos y secando sus huesos lentamente. ¡Te reprendemos en el nombre de Jesús! La vida de estos varones y mujeres serán sanadas por la alegría de corazón que el Padre trae su vida, pues el corazón alegre constituye buen remedio.
Oye, Señor, y ten misericordia de tu creación; sé Tú el Ayudador de cada uno. Tú ya cambiaste su lamento en baile; Tú ya desataste su cilicio, y ya le has ceñido de alegría. Por tanto, a ti cantarán, pues eres su gloria. No estarán callados. ¡Jehová Dios, te alabarán para siempre! Tú has inclinado a ellos Tu oído. Te invocaron cuando atravesaron el valle de sombra de muerte diciendo, “Oh Jehová, libra ahora mi alma”. Y Tú, clemente, justo y misericordioso, que guardas a los sencillos, les salvaste. Con paz en el corazón dirán a su alma, “Estaba yo postrado, y me salvó. Vuelve, oh alma mía, a tu reposo, porque Jehová te ha hecho bien”.
Tú eres nuestro buen Padre, nuestro Consolador. Te alabamos porque sabemos que el corazón de los guatemaltecos y guatemaltecas ya no desfallece a causa del fuerte dolor; ¡no! ahora los jóvenes y los viejos juntamente se alegrarán en la danza, tú cambias su lloro en gozo, les consuelas y les alegras en su dolor. Entrarán ellos al altar de Dios, irán con el Dios de su alegría y su gozo y te alabarán. Dirán a su alma renovada por la Palabra de Dios, “Espera en Dios porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío”. En el glorioso nombre de Jesús, Amén.
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
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