POR LAS PERSONAS QUE SUFREN DE TRASTORNOS ALIMENTICIOS
Jesús, en ti la misericordia y la paz se encontraron; la justicia y la paz se besaron, Tú eres el Príncipe de Paz y tu sacrificio es el precio para que hoy podamos disfrutar una vida plena con libertad y sanidad.
Amado Señor, clamamos por aquellos que están predispuestos a la ansiedad, perfeccionismo y a pensamientos y comportamientos compulsivos. Dios todopoderoso por amor a tus hijos y en respuesta al clamor, irrumpe en los patrones de pensamiento de estas personas. Lleva tu Luz para que alumbre en los lugares más recónditos de su voluntad, para que puedan reconocer su necesidad de ti y al clamar, sean verdaderamente libres.
Intercedemos por los que tienden a tener expectativas irreales de sí mismos y de los demás, por los que se sienten ineptos, incapaces, defectuosos, sin identidad, sin control. Sé un bálsamo para cada uno, sana las heridas y restaura su autoestima. Que puedan romper esos círculos viciosos, los pactos internos que los atan a la autodestrucción y la muerte.
Señor, rodéalos de personas que con autoridad pero que con amor y misericordia los exhorten y apoyen en oración. Ayúdalos a ser sabios y a saber manejar las relaciones interpersonales con las personas sobre-protectoras e inflexibles, para que no enmascaren sus sentimientos o sus ansiedades y dudas. Que puedan encontrar a un creyente en Dios que les aconseje y apoye para que se rindan a Dios y sepan que en Él son más que vencedores.
Padre, también clamamos que estas personas puedan ser libres del yugo de mentira y esclavitud que dictan la moda, la presión de grupo y las críticas destructivas, y que ellos permitieron que se enraizaran en su mente. Que puedan reemplazar los pensamientos equivocados por su identidad verdadera en Dios.
Cualquiera que sea el trastorno (bulimia [purgativa o no purgativa], trastorno por atracón, anorexia nerviosa [restrictiva o purgativa], vigorexia, ebigorexia, megarexia, ortotexia, diabulemia), de todos ellos puede librar el Señor permanentemente. Clamamos que los daños físicos provocados por los trastornos puedan ser tratados y curados; que no queden secuelas permanentes en su organismo ni en su mente. Intercedemos por sanidad integral para su vida. Fortalécelos y a sus familias, permite que todos atraviesen este valle de lágrimas y al cruzarlo, salgan a lugares espaciosos, con vida, gozo y salud. Amén.
(Gn. 1:26; Jer. 29:11; Sal. 61:1; Lc. 8:17; Jer. 30:17; Fil 2:9-10)