Están Tocando a tu Puerta

Estoy en contra de las voces mentirosas que hacen ruido en nuestro mundo. Puede que hayas escuchado algunas… Son las que te dicen que sacrifiques tu integridad por cualquier interés; que vendas tus convicciones por un negocio fácil; que cambies tu devoción por una aventura momentánea. Oyes el susurro, te pasan la mano, te provocan, te tientan, coquetean contigo, te adulan… “Vamos, hazlo, eso no es malo. No te preocupes que nadie se va a enterar. No lo pienses mucho; aprovecha el momento.”

Tu puerta es golpeada violentamente por un mundo sin escrúpulos; mas el toque de Jesús es suave y delicado. Las voces que escuchas te gritan para que cedas, mas Jesús, suave y tiernamente, te solicita tu lealtad... El mundo te quiere impresionar con ostentosos placeres; Jesús te promete una cena tranquila, apetecible y llena de Amor con Dios. ¿Por quién te dejas seducir? ¿Cuál voz te dispones a escuchar?  

(Los primeros dos párrafos fueron tomados de un artículo escrito por: Max Lucado)

“He aquí Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él , y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20

El enemigo de las almas se disfraza como ángel de luz buscando engañar a los incautos. (2 Corintios 11:14) No ignoremos sus maquinaciones… Son tantas las ofertas que, como dardo, dispara a las mentes, que quien no se aperciba para resistir firme en la fe tendrá luego que enfrentar las tristes y dolorosas consecuencias. Así que, si te encuentras en el valle de la decisión: “Piénsalo bien.”

El príncipe del mundo es nuestro adversario más peligroso que no está para entretener ni para jugar; anda suelto como león rugiente buscando a quien devorar. Y de eso saben los necios que se han dejado embaucar… Empezando por Eva, quien creyó sus mentiras y con ellas enredó a Adán y afectó para mal a todos sus descendientes. Gracias a Dios por Jesucristo, quien tomando nuestro lugar en la cruz, nos vino a rescatar, y a librar de tal maldición a quien, a través de Él, hace la Paz con el Padre Celestial.

¡Dios nos habla de tantas maneras! Mas son tan pocos los que agudizan sus oídos espirituales para captar su mensaje. Desde siempre Él ha estado tras cada una de las ovejas con el fin de añadirlas a su redil, porque… nos ama y no quiere que ninguna se pierda. El anhela bendecirnos aquí y por toda la eternidad. Es por eso que no descansa buscando la manera de llamar nuestra atención.

A Abraham lo llamó, lo sacó de su tierra y lo envió a otro lugar, a Moisés le habló en medio de una zarza ardiendo, a Jonás lo enfrentó desde la entraña de un pez, a Saulo de Tarso le salió al paso camino a Damasco… En otros ha sido a través de una enfermedad, o de problemas económicos, o la partida de un ser querido, o por desastres naturales, o por tantas razones… Y así lo hace a nivel personal, familiar, social y nacional.

Cierto autor dice que “Dios anda de cacería… lo que él llama la inexorable persecución de Dios.”  El anda buscando en todo tiempo y en todo lugar hasta que nos dejamos encontrar; remueve toda la maleza que sea necesaria hasta llegar a la oveja perdida, y luego… la decisión de seguir como hasta entonces, o tirarnos en sus brazos para gozar de su amor, está en nuestras manos.

En mi caso, el hambre y sed de Dios provocó tal vacío en mi espíritu que ni la religión, ni las actividades sociales, ni la preparación académica, ni cosas materiales, ni persona alguna pudo llenar, hasta que llegó a buscarme a mi casa el Amado que anhelaba mi alma… Y como dice 2 Corintios 17: "Las cosas viejas pasaron, he aquí todas fueron hechas nuevas." Antes era ciega, mas ahora veo...

Mis ovejas oyen mi voz y Yo las conozco y me siguen.
Les doy vida eterna y no perecerán jamás,
ni nadie las arrebatará de mi mano.
Juan10:27

Por: Zaida C. de Ramón