El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Salmos 27.
El Salmo 27 es uno de los Salmos que nos ayuda a resolver el conflicto entre nuestro cuerpo y nuestra alma. El primer verso lo dice todo, “Dios es mi luz”. Esto significa que Él no sólo creó el mundo físico, sino que nos guía a través de él con Su luz. Así como encender una luz en un cuarto oscuro ayuda a que un niño reconozca que tigres y leones son sólo sábanas y almohadas, similarmente, podemos dejar que la luz de Dios remueva nuestros más profundos temores, tristezas y limitaciones.
Con este Salmo escrito por David se observa, la confianza que él tenía en el Eterno quien en ese momento fue su protección, considerando que hoy por hoy nosotros, los que queremos la protección y la Luz del Eterno igualmente seremos protegidos.
En las escrituras existen muchos textos, en donde El Eterno nos promete estar de nuestro lado, para protegernos y ayudarnos, pero no olvidando el andar por una camino de luz.
David, al igual que nosotros, no se ha visto librado de sus miedos y temores a pesar de haber tenido todo lo que la sociedad le había ofrecido: una casa, comodidades, una excelente posición… por eso declara que lo único que le apacigua y le sosiega es habitar en la casa del Señor; vivir cerca de Él. En el día de la desdicha, el Creador, le esconderá en lo oculto de su tienda y le permitirá ver a la Iglesia, imagen de la belleza de Dios, que le llevará a exclamar: ¡Qué bellas son tus tiendas!.
El Señor nos invita a través de este salmo a buscar la voluntad de Dios y ante el sufrimiento unirnos a Jesucristo en aquellas palabras: “que no se haga mi voluntad sino la tuya”. Ese misterio escondido a los ángeles y a todos aquellos que se creen inteligentes, esa tienda que está oculta a nuestra razón, es la cruz.
Gracias hermanita Marjory. Por tan hermoso mensaje.
Dios te ha regalado una gran bendición .El te a regalado este bello y hermoso talento de sabiduría, el cual tu lo has sabido llevar, compartiéndolo con todas tus bellas amistades.
Que el Señor te siga bendiciendo, llenándote de mucha Paz, Amor y Sabiduría.
Gracias hermanita Marjory por tu bella amistad.
Dios te siga bendiciendo grandemente.
Hermes Sarmiento G.
De Colombia
Cristiano católico
GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.