La
Importancia de ser Quebrantado
El
sufrimiento de Cristo maduró y perfeccionó solamente su
experiencia humana.
No purgó na-da
de su naturaleza moral, ni siquiera en su calidad de
hombre, porque El no compartió la Caída.
Ninguna
mancha de pecado opacó su carácter humano. Pero es muy
diferente con el hombre caído.
No
hay forma de lograr en el hombre un carácter como el de
Cristo sin que antes experimente sufrimiento,
porque esta
es la única forma de ser descentralizado.
El que no
sufre, o procura evitar el sufrimiento,
o rehúsa
que su yo o su naturaleza compartan la cruz, en esa
misma extensión permanecerá duro de corazón,
egoísta,
indiferente y como consecuencia no será un imitador de
Cristo. “Los hombres que no conocen el
sufrimiento
y el dolor son de poco uso para Dios” (J.R. Miller).
Una persona
por su propia voluntad, puede escapar a cierta clase de
sufrimiento, aquel que acompaña una voluntaria
inmolación
de sí mismo, pero al hacer esto se convierte en la
víctima de un sufrimiento mayor;
el de
adoración a sí mismo. No puede escapar a ambos. Alguien
dijo, “Hay cosas que
aún Dios no puede hacer por nosotros sin antes
permitir que suframos”.
.El Dolor de una Decisión
Moral Oswald Chambers dijo que “Dios no nos hace santos
en el sentido de carácter; El nos hace santos en el
sentido de inocencia, y nosotros tenemos que transformar
esa inocencia en carácter santo, por medio de una serie
de decisiones morales, las cuales están continuamente en
antagonismo con las infracciones de la vida natural”*No
puede haber progreso espiritual a no ser que haya muerte
progresiva de la vida del yo. Mac laren dice que cada
paso por la senda del progreso espiritual irá marcado
con las huellas desangre dejadas por el amor propio
quebrantado.
En el transcurso del ascenso
espiritual tendremos que levantar altares sobre los
cuales aun nuestro mismo yo tendrá que ser sacrificado.
Siempre causara dolor el tener que hacer decisiones
morales que desarrollan en nosotros el carácter de Dios,
porque a pesar de haber sido santificados y llenos del
Espíritu Santo, aún así, todavía estamos caídos. Algunos
creen que después de estas experiencias, no queda nada
en la vida espiritual que pueda estar en controversia
con Dios. Pero la obra de santificación es, al mi-mo
tiempo, instantánea y progresiva y continuará así hasta
la glorificación
OswalChambers
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