Ayuda mucho en este camino animarse a grandes cosas porque a menudo nuestras acciones comienzan con nuestros pensamientos y sueños. Tener grandes deseos no es orgullo.
Luego nos hace entender que las cosas de los santos son para admirar, más no para hacerlas los que somos pecadores. Tengamos gran confianza porque conviene mucho no apocar los deseos, sino creer de Dios que, si nos esforzamos, poco a poco ---aunque no sea luego--- podemos llegar a lo que muchos santos con su favor; que si ellos nunca se determinaran a desearlo y poco a poco a ponerlo por obra, no subieran a tan alto estado.
Quiere el Señor y es amigo de almas animosas, como vayan con humildad y ninguna confianza de sí. No fracasemos en alcanzar nuestro destino espiritual porque hayamos sido demasiado temerosos, demasiado cautelosos en nuestros deseos por haber buscado demasiado poco. Es verdad que podía tropezar por tratar de hacer mucho demasiado rápido pero también es cierto que nunca tendré éxito si espero muy poco, o sí, por miedo a fracazar ni siquiera comienzo.
NO APOQUES TUS DESEOS.
Señor, que nada turbe el silencio de esta noche. Que nada me espante.
Ahora que la oscuridad me esconde con nadie más que tú para escuchar mis plegarias, no permitas que tema soñar grandes sueños, ni animarme a granse cosas. Con sólo tú para oirme, puedo ser tan audaz como necesito ser, tan animoso como mis sueños permitan, tan fiel como tu amor por mí lo espere. Quiero hacer algo más que admirar a tus santos; quiero ser uno de ellos. No me dejes pecar apocando mis deseos. SI TE TENGO A TI, DIOS, MIS ORACIONES SERÁN ESCUCHADAS, mis deseos realizados. Nada me faltará. SÓLO TÚ BASTAS.
Qué hoy las flores florezcan en tu corazón !!!
De: Teresa de Ávila.
Glo |