Existe un grupo de ácidos grasos que se denominan esenciales, ya que no pueden ser producidos en nuestro organismo y participan en procesos muy importantes, por ello, debemos incorporarlos con los alimentos que comemos. 

Son el ácido Linolénico,  denominado omega 3, proveniente del reino marino, aunque también está presente en algunas semillas, y el ácido Linoleico, denominado omega 6, proveniente de semillas y sus aceites. Una vez en el organismo, se forman a partir de cada uno de ellos otros ácidos grasos fundamentales. 

Algunas de las funciones que desempeñan los ácidos grasos esenciales son: 

• Conservar la estructura y flexibilidad de las membranas celulares, para que puedan realizar una actividad normal. 
• Formar compuestos que intervienen en la coagulación de la sangre.
• Participar en la contracción y la relajación de los vasos arteriales, para que la sangre pueda fluir normalmente por nuestro cuerpo.

En especial los omega 3,  intervienen en las primeras etapas de la vida, en el desarrollo del sistema nervioso, en la formación de órganos como el cerebro, cerebelo  y la retina, en la capacidad cognitiva,  en la memoria, y en adultos son importantes ya que participan en la prevención y en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, artritis, e hipercolesterolemia, entre otras. 

Es importante incluirlos en nuestra alimentación diaria de manera equilibrada, 1:5 para omega 3 / omega 6, de manera de evitar que un exceso de uno, genere la falta de otro. 

¿Cómo logramos este equilibrio?

• Consumiendo carnes variadas, incorporando en la semana más cantidad de pescados, al menos 2 veces por semana, luego carne de aves, cerdo y vacuno. Con una porción al día será suficiente.
• Variar los aceites crudos para aderezar distintos vegetales, no siempre usar los clásicos aceites de maíz y girasol, emplear también aceite de canola, de soja, de sésamo, que tienen una mayor proporción de omega 3.
• Incorporar las frutas secas en forma diaria, un puñadito de un mix de ellas aportará calidad y variedad de grasas esenciales. Elegir entre almendras, nueces, castañas y maníes sin salar. Emplear en comidas principales o como colación.
• Agregar diferentes semillas, previamente machacadas, en diferentes preparaciones, una cucharada sopera por día de: lino, sésamo, chía, o una combinación de todas, aportarán sabor y color en guisos, arroces, ensaladas, panificados, entre otras.