Las
personas con una dieta rica en alimentos que reducen el colesterol,
como frutos secos, soja, aguacate, aceite de oliva y avena, vieron
reducir más su colesterol que las personas con una dieta baja en grasas,
según un estudio realizado en Canadá.
Después
de seis meses de una dieta que incluía específicamente alimentos que
reducen el colesterol, el estudio mostró que las personas experimentaron
una caída del 13% de lipoproteínas de baja densidad (LDL, o colesterol
“malo”).
Los
que tuvieron una dieta con alimentos bajos en grasa, incluyendo
opciones de alto contenido de fibra y granos enteros, registraron una
caída de apenas 3% del colesterol LDL, dijo el informe publicado en la
revista Journal of the American Medical Association.
“Este trabajo indica el potencial beneficio de combinar reconocidos alimentos para reducir el colesterol”, dijo el estudio.
El
estudio se hizo en cuatro lugares diferentes de Canadá -Quebec,
Toronto, Winnipeg y Vancouver- e incluyó 351 participantes con niveles
elevados de colesterol.
Quienes
seguían el régimen dedicado a reducir el colesterol se dividieron en
dos grupos -uno con dos sesiones de asistencia nutricional y otro con
siete visitas a la clínica en más de seis meses-, pero ambos arrojaron
resultados muy similares.
El
estudio no restringió las calorías ni proporcionó alimentos a las
personas. Todos los participantes perdieron una cantidad similar de peso
-de 1,2 a 1,7 kilos- durante el estudio.
Los
alimentos incluidos en el grupo para reducir el colesterol fueron
extraídos de una lista de la FDA, la agencia norteamericana que regula
los alimentos y medicamentos, recomendados para una mejor salud
cardiaca.
La
FDA sugiere en ese listado el uso de aceite de oliva en lugar de
mantequilla, y productos con margarina enriquecida con esteroles
vegetales que ayudan a bloquear la absorción de colesterol.
Además,
el listado incluye alimentos como aguacate, avena, soja, tofu,
frijoles, lentejas, almendras, avellanas, cacahuetes, pistachos y
nueces.
El
estudio tuvo una alta tasa de deserción en general -un 22,6%- aunque
señaló que ésta “es común” en los estudios que involucran dietas con
cierta intensidad.
Otro
inconveniente del estudio fue la predominancia de personas blancas de
peso moderado con bajo riesgo de enfermedades cardiacas. Por lo tanto,
“se desconoce” si se observa un efecto similar en pacientes de más alto
riesgo, con sobrepeso u obesidad.
Fuente: AFP-NA